Fin de año en soledad: el otro lado de las celebraciones

Muchas personas desean que las fiestas pasen de una vez por todas. Por infinidad de motivos, se generan momentos de angustia y ansiedad que llevan al individuo a querer atravesar estos momentos sin compañía.

Pueden ocurrir cientos de circunstancias que lleven a una persona a querer pasar las fiestas sola, o con la mínima compañía: por la reciente pérdida de un ser querido, por estar en una mala relación con el resto de la familia o por estar pasando un momento de angustia, ya sea por una separación, por haber quedado sin empleo o por otros motivos.

“Hay mucho escrito sobre cómo pasar las fiestas. En lo personal, entiendo que no debería haber receta para ello, aunque la mayor parte del tiempo respondamos a alguna. Forman parte de ritos y tradiciones en cada parte del planeta”, le dijo a diario Hoy la licenciada en Psicología Alicia Irene Barabraham, especialista en vínculos de grupos y familia.

“Este año, en el contexto de Covid-19, donde han claudicado tanto y tan abruptamente los ritos, las fiestas llevan la imperiosa necesidad de encuentros-reencuentros. Por otra parte, llevan necesidad de soledad, de repliegue. Pareciera que no hay tanto que celebrar. Pero, solos o acompañados, la mejor manera de hacerlo debería emparentarse con lo que nuestro ánimo y nuestro(s) deseo(s) nos dicten. El propio y el de aquellos que son significativos para noso­tros”, explicó.

En caso de elegir pasar fin de año sin nadie al lado, indicó que la justificación para hacerlo sea por necesidad y no por ofensa hacia otro u otros. “Si elegimos en compañía, que reine la alegría del encuentro, el brindis por lo compartido, por la vida y los afectos, que no es poco”, completó.

“Tal vez no hay una receta única para pensar cómo pasar el fin de año en soledad. Si alguien toma la decisión de pasarla solo, ya eso marca una singularidad, y en este pasarla solo se la puede pasar muy bien”, sostuvo la psicoanalista Claudia Kolaja.

La profesional hizo hincapié en la posibilidad de intentar romper con los mandatos sociales y culturales de comenzar un año brindando, felices y alegres, donde por supuesto el estar sonriendo no quiere decir que ese individuo esté pasando un momento de felicidad. “Alguien puede estar mal y quiere pasarlo solo, y alguien puede estar bien y querer pasarlo solo”, destacó.

“En estos tiempos de pandemia, donde muchos han resignificado esto de estar solos, y en sus casas, transitar un fin de año solo también ayuda. A veces estar en familia puede volverse adverso. Frente a la adversidad, la soledad puede ser una elección”, concluyó.

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