CULTURA

La Forestal, una herida abierta en la memoria

La compañía inglesa llegó a tener dos millones de hectáreas en nuestro país, arrasando los quebrachales y obteniendo ganancias millonarias. Una obra musical recuerda esa historia.

La Forestal fue el nombre de la compañía inglesa que, a principios del siglo XX y durante sesenta años, estableció su imperio en el norte de Santa Fe y el sur del Chaco. Fue la primera productora mundial de tanino y llegó a tener 500 kilómetros de vías férreas propias, puertos, una flota de barcos y alrededor de treinta fábricas. La compañía fundó cuarenta pueblos que mostraban una prosperidad y un progreso inusuales para la época: agua corriente, luz, hospitales, escuelas, canchas de golf, casas de huéspedes lujosas. Pero eso no era más que una fachada que ocultaba la realidad: hacheros y obrajeros condenados a vivir en pocilgas, o al aire libre, bajo arpilleras; con jornadas de doce y hasta catorce horas a pleno sol; con jornales de hambre, una atención sanitaria deficiente o inexistente; y a merced de una policía mercenaria pagada por la empresa, con beneplácito del gobierno santafesino. La gendarmería volante, o “los cardenales”, como la llamaba el pueblo, tenía vía libre para matar, torturar, expulsar de los pueblos, incendiar, violar. Defendían a conciencia al amo inglés.

La historia fue contada cinematográficamente en Quebracho, una película estrenada a finales de 1974, dirigida por Ricardo Wullicher; con las actuaciones de Lautaro Murúa, Hector Alterio , Cipe Lincovsky y Juan Carlos Gené. La película fue premiada en el Festival de Karlovy Vari -Checoslovaquia- y en el Festival de Cine Iberoamericano. “Quise hacer una película que mostrara cómo son los esquemas de la feroz explotación colonial de los países del primer mundo sobre los emergentes. Y dar a entender que es un sistema de expoliación planificada. A propósito no le puse la palabra fin, porque a mi me parece que esta lucha todavía continúa”, afirmó Ricardo Wullicher durante un reportaje gráfico.

Se estima que La Forestal arrasó con un millón y medio de ejemplares de quebracho. Fue un Estado dentro del Estado que sometió a sus obreros a una explotación extrema, lo que llevó a huelgas que fueron sangrientamente reprimidas, dejando más de quinientos trabajadores muertos. La compañía levantó sus instalaciones y se marchó cuando la extinción de la materia prima, y el descubrimiento de la mimosa africana — poseedora de un elemento tánico más barato que el tanino de quebracho—, le permitieron dar por concluido su ciclo en la Argentina. Desmanteló las vías de los ferrocarriles, se llevó los tanques de agua de las poblaciones, dejó sin trabajo a comunidades enteras, las aisló al quitarles el medio de transporte y consiguió, por si fuera poco, que el gobierno santafesino le pagara por los rieles inútiles.

Basándose en esa historia, Rafael Oscar Ielpi y José Luis Bollea compusieron los textos y la música de la Crónica Cantada sobre La Forestal, un hachazo a la dignidad del hombre, que se haría conocida en la voz del cantor rosarino Enrique Llopis. Los autores, hombres del litoral argentino, crearon la obra para motivar una toma de conciencia de nuestra dependencia económica, la clase de explotación que los grandes intereses extranjeros manejaron en la Argentina, los métodos brutales y sangrientos de que se valieron para ello, la complicidad que encontraron casi siempre en los gobiernos de turno; y las dificultades de la lucha de la clase trabajadora para lograr su reivindicación, primero como elemento de trabajo, y después como clase social.

Dijo Rafael Ielpi: “La carga emotiva es incontrolable. La descripción de las matanzas, torturas y represión llevada a cabo por La Forestal es una parte de la Crónica. Su mera enunciación puede motivar a cualquiera reacciones emocionales que lo hagan adherir inconscientemente a lo que la Crónica está planteando; pero eso, en todo caso, es la fuerza de la realidad, de la verdad. Lo que hemos hecho ha sido, simplemente, contar lo que ocurrió. Y de una manera sencilla, evitando en lo posible ese regodeo poético que muchas veces ha frustrado buenas intenciones en el plano de la música”.

El estreno oficial

Finalmente, la crónica cantada sobre La Forestal: un hachazo a la dignidad del hombre fue estrenada el 12 de enero de 1984 en el Teatro La Comedia de Rosario.

En el mismo año apareció la versión discográfica, tomada de presentaciones en vivo efectuadas en Rosario, Santa Fe y Buenos Aires, con la participación especial de la agrupación coral Arsis –de la ciudad de Rosario-, y el lucimiento como solista de Enrique Llopis, quien compartió discos y escenarios con poetas de la talla de Rafael Alberti, Hamlet Lima Quintana y Elvio Romero.

Noticias Relacionadas