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La Luna podría haberse formado en apenas unas horas

A través de una serie de simulaciones, un equipo de científicos de los Estados Unidos acaba de descartar que el proceso de formación de nuestro satélite durara meses o años.

De acuerdo a un informe publicado en The Astrophysical Journal Letters, la Luna no se habría formado en años o siquiera en meses, sino apenas en cuestión de horas y justo después del impacto. Más allá de un mejor conocimiento de nuestro satélite, estos estudios permitirán, también, comprender mejor cómo la propia Tierra llegó a convertirse en un mundo capaz de albergar vida.

“Esto abre una gama completamente nueva de posibles puntos de partida para la evolución de la Luna”, dijo Jacob Kegerreis, del Centro de Investigación Ames de la NASA. “Entramos en este proyecto sin saber exactamente cuáles serían los resultados de nuestras simulaciones de alta resolución. Por lo tanto, además de la gran revelación de que las resoluciones estándar pueden llevar a respuestas engañosas, fue muy emocionante que los nuevos resultados incluyeran un tentador satélite similar a la Luna en órbita”.

Hace miles de millones de años, la Tierra sufrió el mayor impacto de toda su historia al ser golpeada por un objeto del tamaño de Marte, al que conocemos como Theia. La enorme cantidad de escombros lanzados al espacio por aquella titánica colisión formó la Luna. Existen numerosos indicios que apoyan esta idea, pero cómo sucedió exactamente esa formación es un auténtico rompecabezas científico que los investigadores llevan décadas intentando resolver. La mayor parte de las teorías afirma que los escombros de la colisión se fueron fusionando en órbita, durante meses o años, hasta dar lugar a nuestro satélite. Pero el equipo de investigadores liderado por Kegerreis ha llegado ahora a una conclusión diferente: la Luna se formó casi de inmediato.

Las simulaciones utilizadas en esta investigación, en efecto, están entre las más detalladas de su tipo y permiten una resolución mucho mayor de la alcanzada en cualquier otra simulación que estudie los orígenes de la Luna u otros impactos gigantes. Este mayor poder de computación mostró que las simulaciones anteriores podrían haber pasado por alto aspectos importantes de este tipo de colisiones. Permite a los investigadores estudiar el fenómeno con una serie de detalles que los estudios previos, simplemente, no podían ver.

Los diferentes modelos publicados hasta ahora podían explicar bastante bien algunos aspectos de las propiedades de la Luna como su masa y órbita, aunque con algunas salvedades importantes. Por ejemplo, sigue siendo un misterio por qué la composición de la Luna es tan similar a la de la Tierra, cuando la lógica dicta que debería parecerse más a la de Theia.

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