La peculiaridad de la Navidad Ortodoxa: ¿Por qué se celebra 13 días después del 25 de diciembre?
El calendario juliano y el gregoriano marcan diferencias en la fecha de la Navidad para ciertas ramas del cristianismo, generando distintas celebraciones y reflexiones sobre identidad y tradición.
Mientras muchos alrededor del mundo culminan sus festividades navideñas el 25 de diciembre, para algunas ramas del cristianismo ortodoxo, la Navidad llega 13 días después. ¿La razón? La discrepancia entre el calendario juliano, seguido por ciertas iglesias ortodoxas orientales, y el calendario gregoriano, adoptado por la mayoría de las iglesias católicas, protestantes y el mundo secular.
El antiguo calendario juliano, utilizado por siglos, comenzó a desalinearse con el año solar. Para rectificar esto, en el siglo XVI, el Papa Gregorio XIII introdujo el calendario gregoriano, más preciso astronómicamente. Este cambio movió abruptamente las fechas para ajustarse al tiempo perdido y ofreció un cálculo más exacto para los años bisiestos. A lo largo del tiempo, las iglesias protestantes y gran parte del mundo secular adoptaron este nuevo calendario.
Sin embargo, las iglesias ortodoxas orientales mantuvieron el calendario juliano hasta 1923, cuando una reunión interortodoxa adoptó un calendario juliano revisado, similar al gregoriano. La mayoría de las iglesias griegas, rumanas, búlgaras y otras adoptaron este cambio. Pero la Iglesia Ortodoxa Rusa, la comunión más grande de la ortodoxia oriental, y otras iglesias como la serbia y la georgiana, permanecieron en el antiguo calendario, celebrando la Navidad el 7 de enero en el nuevo calendario.
En Ucrania, la celebración de la Navidad ha tomado dimensiones políticas. El gobierno ucraniano declaró el 25 de diciembre como la fecha oficial de Navidad, marcando una diferencia con Rusia y subrayando su identidad nacional e independencia cultural. Esto se vio reflejado en la adopción de la Navidad el 25 de diciembre por la nueva Iglesia Ortodoxa de Ucrania, reconocida por el Patriarca Ecuménico de Constantinopla en 2019. Sin embargo, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, con vínculos históricos con Moscú, mantiene la celebración el 7 de enero, enfrentando tensiones políticas y religiosas en un contexto de división y cambio.
Esta divergencia en las fechas de celebración de la Navidad entre distintas ramas ortodoxas no solo es un reflejo de diferencias calendáricas, sino también de complejas dinámicas políticas y culturales que influyen en la identidad y la tradición religiosa en distintas regiones del mundo.