La UNLP desarrolló cañón de ozono con gran capacidad para eliminar virus y bacterias
Estiman que podría ser aprobado por los entes de control a mediados de diciembre. Tiene la función de desinfectar rápidamente espacios públicos cerrados.
Con la intención de combatir los efectos de la pandemia, investigadores y técnicos del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) desarrollaron un cañón de ozono, dispositivo capaz de generar altas concentraciones de ese gas para luego esparcirlo en diferentes espacios con el objetivo de eliminar de forma rápida, segura, inocua y eficiente virus, bacterias y gérmenes.
“Básicamente el modo de funcionamiento es por inyección de una enorme cantidad de ozono en un tiempo muy breve”, le contó a diario Hoy Gustavo Romero, investigador del Conicet y director del IAR.
“El ozono es un esterilizante natural, es una molécula formada por tres átomos de oxígeno que se combina con la membrana que recubre a los virus y la oxida destruyendo al virus. Como es un gas llena completamente el ambiente en el cual se aplica y destruye tanto el virus que está en el aire como sobre todas las superficies independientemente de la forma que tenga la superficie. Es extremadamente efectiva”, explicó.
Se puede aplicar en hospitales, en transporte público, gastronomía, hotelería y locales como gimnasios, salas de todo tipo y lugares públicos cerrados, que son difíciles de esterilizar.
A su vez, el profesional manifestó que se puede fabricar por medio de una cámara de plasma que tiene el cañón adentro, usando como insumo esencial el aire atmosférico.
“El ozono una vez que se inyecta alcanza la concentración máxima, se lo deja actuar y en un lapso de unos pocos minutos destruye la carga viral al 99,9 por ciento. Entonces simplemente hay que ventilar para que desaparezca ya que se combina con el aire y decae inmediatamente oxígeno. O sea que no tiene ningún tipo de efecto colateral”, señaló.
Sobre las normas de seguridad, Romero indicó que se recomienda aplicar el cañón cuando no hay personas en el sitio, porque la cantidad de ozono crece muy rápidamente hasta concentraciones muy altas. Por lo tanto se busca evitar irritación de mucosa, en los ojos y demás, ya que como es un oxidante puede producir algunas molestias.
“El equipo tiene un sistema de control que es automático, monitores de la cantidad de ozono, mide la concentración que se va logrando, va regulando la inyección en función de cómo crece el ozono en el ambiente y una vez que alcanza la concentración necesaria para destruir la carga viral en ese ambiente particular se detiene el equipo y avisa por correo electrónico o por Whatsapp para que uno abra y ventile”, concluyó.