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La vez que Marie Curie dijo presente en América Latina

Marie Curie visitó Brasil en 1926.

A sus 59 años, y ya con reconocimiento internacional y sus dos merecidos premios Nobel en Física y Química, Marie Curie visitó Brasil en un viaje que duró exactamente 44 días. Corría el año 1926 cuando la científica polaca brindó una serie de conferencias sobre la radiactividad y su aplicación en el tratamiento del cáncer en distintos puntos del país vecino.

Llegó a Río de Janeiro en barco desde Marsella el 15 de julio de 1926, en un agotador viaje que duró 13 días. Lo hizo en el Pincio, un lujoso barco a vapor, en compañía de su hija mayor, Iréne, que trabajaba como su secretaria privada. Para ese entonces, Marie ya era viuda. Ambas fueron recibidas en Brasil por un comité formado, entre otros personajes destacados, por los médicos Juliano Moreira, uno de los pioneros de la psiquiatría en Brasil, y Roquette Pinto, uno de los padres de la radiodifusión. Por un total de 12 conferencias, la científica se hizo de lo que hoy serían 85.000 dólares.

Entre una conferencia y otra, Marie Curie visitó los atractivos turísticos de la ciudad, como el Pan de Azúcar, el Cristo Redentor y el Jardín Botánico, y se trasladó a municipios vecinos, como Petrópolis, Vassouras y Barra do Piraí. Su visita llamaba la atención de propios y extraños en cada lugar al que acudía. En su estancia en Minas Gerais donó al Instituto de Radio de Belo Horizonte dos agujas de radio que llevaba consigo.

“Cuando enseñaba se transformaba. Con sus palabras se generaba un aura especial que atraía hasta a los más alejados en el tema”, declararon tiempo después algunas personas que presenciaron sus conferencias. Para fines de ese agosto de 1926, Marie Curie emprendió regreso rumbo a Francia, para que meses después pueda disfrutar de la boda de Iréne con Frédéric Joliot, quien se alzó con el Nobel años después por sus investigaciones de la radioactividad artificial.

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