cultura

Las contradicciones de Elvis Presley

Un artista que conoció la gloria, la decadencia, la caída, y que resucitó en miles de imitadores en el mundo entero.

El 16 de agosto de 1977, Elvis Aaron Presley, a los 42 años, se cayó para siempre en un baño alfombrado de su mansión llamada Graceland. Se sabe que esa noche cantó al piano Blue Eyes Crying in the Rain, de Willie Nelson; leyó alguna página de un libro de esoterismo, e ingirió una gran cantidad de pastillas.

Su vida tuvo condimentos propios de un personaje de novela: un hermano mellizo que murió durante el parte, una madre posesiva, un padre influenciable, un manager despótico y esquilmador, y una esposa con actitudes de niña. Todos orbitando alrededor de un personaje muy talentoso y atravesado por contradicciones. Capaz de encarnar la rebeldía juvenil y, a la vez, rogarle a un presidente de los Estados Unidos para que le de una chapa del Bureau of Narcotics and Dangerous Drugs, pese a que, desde que se hizo famoso, nunca pudo dejar la droga. Un artista que alguna vez le hizo decir a Bob Dylan: “Oírlo por primera vez fue para mí como escaparme de una cárcel”.

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