impacto ambiental

Minería sustentable, una utopía cada vez más lejana

El impacto ambiental generado por la industria minera, sexto complejo exportador argentino, sigue despertando críticas.

En la actualidad, Argentina cuenta con yacimientos mineros en distintas regiones del país. Catamarca, Jujuy, San Juan, Santa Cruz y Chubut son algunos de los puntos en los que se extraen distintos tipos de minerales.

Además, cabe destacar que el norte argentino forma parte del “Triángulo de Litio” junto a Chile y Bolivia. En esta zona, se concentra aproximadamente el 80% de las reservas mundiales de litio, un metal utilizado, por ejemplo, para la producción de baterías de celulares y computadoras.

En el último tiempo, el proyecto de ley en Chubut, que busca autorizar la minería a cielo abierto volvió a reavivar la batalla entre quienes defienden al sector y aquellos que advierten sobre el impacto ambiental de la industria.

En este marco, los empresarios mineros aseguran que el rubro es determinante para el desarrollo económico, teniendo en cuenta que la minería es el sexto complejo exportador del país.

Consultado por diario Hoy, el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Alberto Carlocchia, dijo: “Hoy, la industria genera empleo de calidad y con buen salario para 83.000 familias. Adicionalmente, entre el 75% y el 80% de las compras de los proyectos mineros en servicios, insumos y equipos se hacen en el país, a pymes nacionales, con preeminencia de los proveedores locales, motorizando así las economías regionales”.

Sin embargo, la principal preocupación está relacionada al impacto ambiental de la actividad. En este sentido, Carlocchia sostuvo: “Toda actividad productiva humana genera un determinado impacto ambiental. Lo importante es que el mismo sea analizado y minimizado. Y en este sentido, la minería es una de las industrias con mayor monitoreo e instancias de control, tanto locales y provinciales como nacionales”.

Por su parte, Leandro Gómez, integrante del área de Política Ambiental de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), aseguró: “Hablar de una minería sustentable o sostenible es prácticamente una contradicción. La minería a gran escala afecta los entornos ecológicos y sociales de las áreas donde se emplazan los proyectos. Asimismo, estos consumen grandes cantidades de energía y agua, en regiones donde usualmente son recursos escasos, a lo que se suma la afectación de la calidad del agua”.

Este último punto quedó reflejado en el informe de impacto ambiental de la Minera Alumbrera en Catamarca, según el cual, la calidad de los recursos hídricos seguirá sufriendo las consecuencias de la actividad aún después del cierre de la mina.

Lo mismo sucede en la Puna argentina, una región árida con estrés hídrico durante gran parte del año. “La minería de litio implica el uso, extracción y evaporación de grandes cantidades de agua, pudiendo afectar el delicado balance hídrico de los humedales donde se extrae el mineral. Dicho desbalance podría conllevar la salinización del agua dulce que alimenta las cuencas de los salares, con graves consecuencias para la biodiversidad local, para la agricultura, ganadería y turismo, además de poner en riesgo el acceso al agua dulce por parte de las comunidades indígenas que habitan la región”, destacó Gómez.

“La minería tiene el desafío de acompañar al cambio energético”

A nivel global, los minerales están presentes en distintos tipos de actividades económicas. El uso de estos recursos naturales forma parte de industrias abocadas a la producción de energías sustentables y de distintos tipos de tecnología.

Frente a este panorama, el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (Caem), Alberto Carlocchia, aseguró a diario Hoy: “La minería tiene el desafío de acompañar al cambio energético. El litio, el plomo, el níquel y el sodio y el grafito de las baterías, así como el cobre, la plata y el zinc son fundamentales para la construcción de la tecnología generadora”, sostuvo.

Además, Carlocchia destacó que el sector debe “mejorar el diálogo” con la sociedad. “La industria viene trabajando para generar un cambio de paradigma, al ser conscientes de las expectativas que tiene la comunidad en relación a cómo se manejan las cuestiones de sustentabilidad, tanto ambiental como social y económica”, concluyó el empresario.

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