Paul Painlevé, un distraído incorregible

Paul Painlevé no solo fue un gran sabio y un hombre trascendental de la política, sino también un distraído incorregible. En una ocasión fue requerido para inaugurar un monumento en el norte de Francia. Por circunstancias azarosas, se equivocó de tren y llegó a la ciudad dos horas antes de la ceremonia. Las autoridades y el cortejo debían esperarlo en la estación. Lo cierto es que Painlevé se instaló tranquilamente en la sala de espera, sumido en el estudio de un apasionante problema de álgebra para hacer tiempo. Al cabo de un rato oyó gritar: “¡Señores viajeros para París, al tren!”. Olvidado por completo de la inauguración, Painlevé guardó sus papeles, salió del anden y saltó al tren que lo devolvió a su ciudad.

Este hombre de apariencia pueril y divertida fue el primero en entrever los agujeros negros cuando resolvió la singularidad de Schwarzschild en la teoría de la relatividad. Asimismo, llegaría a ser primer ministro de Francia en dos oportunidades.