CULTURA
¿Qué se conmemora el 1° de Mayo?
Algunos equivocadamente siguen hablando del “Día del Trabajo”, cuando se trata de una jornada que recuerda la valiente defensa de los derechos de los trabajadores.
Desde 1881, los Estados Unidos se encontraban convulsionados por las grandes protestas obreras reclamando la jornada de ocho horas, de acuerdo con la campaña lanzada en Pittsburgh por la Federación de Trade Unions. Los despidos masivos se sucedían sin solución de continuidad. Quince mil trabajadores se reunieron en asamblea en un parque de Chicago para protestar por la situación. La Policía irrumpió y baleó indiscriminadamente a la concurrencia, produciendo una matanza. Como respuesta al fuego graneado, alguien no identificado arrojó una bomba y mató a ocho policías. La ciudad fue colocada bajo estado de sitio y centenares de obreros encarcelados.
Para justificar la feroz represión, se armó “el Proceso de Chicago”, escandalosa parodia judicial que anticipaba trágicamente lo que hoy llamamos lawfare. “Ahorcadlos, y habréis salvado nuestras instituciones”, reclamaba el fiscal aludiendo a los dirigentes obreros. Años después, cuando bajó la presión de la opinión pública el gobernador de Illinois, John Altgeld, reabrió la investigación. Quedó claro que se habían presentado testimonios falsos, fabricado pruebas y presionado al jurado para lograr un veredicto condenatorio bajo las exigencias de prominentes industriales y banqueros. El jurado los había encontrado culpables de asesinatos, pese a que a ninguno de ellos se le comprobó una participación personal en los hechos. El 20 de agosto de 1886 fueron sentenciados todos a la pena de muerte.
El drama de Chicago conmovió a la clase obrera internacional. A partir de entonces se generalizaron en todo el mundo las acciones para imponer la jornada de ocho horas, y la efeméride del Primero de Mayo –primer intento de huelga general de los trabajadores norteamericanos, que tuvieron que pagar el precio de su martirologio-, se consagró mundialmente –menos en los Estados Unidos- como Día del Trabajador.
El Día Internacional de los Trabajadores comenzó a celebrarse en nuestro país desde 1890. “Nuestro sagrado día”, como lo llamó el diario anarquista La Protesta. El Club Worwarts, primera entidad socialista argentina, fundada en 1882 por emigrados alemanes, convocó en 1890 a “la primera celebración de la fiesta del trabajo”, a la cual concurrieron representantes obreros de todas las corrientes inmigratorias y los oradores hablaron cada uno en su propio idioma. Esta primera conmemoración argentina se realizó en el Prado Español (hoy Avenida Quintana entre Ayacucho y Junín). Ese día se inauguró la práctica patronal de despedir a los operarios que faltasen al trabajo los días Primero de Mayo. El Día del Trabajador de 1901, la manifestación fue disuelta mediante una carga policial a sablazos. El año 1902 fue el comienzo de la gran represión obrera. El movimiento sindical se había intensificado y con él las huelgas. La de los trabajadores del Mercado Central de Frutos y de las barracas se convirtió en la primera huelga general de alcance nacional. El Poder Ejecutivo decretó el estado de sitio. El Congreso sancionó la Ley de Residencia, por la cual los trabajadores extranjeros que participaban de protestas obreras eran expulsados del país, sin permitirles siquiera despedirse de sus familiares.
La conmemoración del Primero de Mayo era una ocasión para manifestarse contra los abusos patronales. Fue célebre la huelga por tiempo indeterminado iniciada a comienzos del siglo veinte por los dependientes de almacén, que se rebelaron contra las condiciones de esclavitud a las que eran sometidos en su trabajo, que incluían jornadas de hasta 18 horas diarias.
El Primero de Mayo de 1909, la manifestación obrera fue reprimida sangrientamente en un operativo comandado por el coronel Ramón L. Falcón. Hubo ocho obreros asesinados y cuarenta heridos. El 14 de noviembre de ese año, en la Recoleta, un joven anarquista de 18 años de edad arrojó una bomba dentro del carruaje en el cual iba el mencionado coronel y su ayudante, Alberto Lartigau.
Hoy, a más de ciento treinta años de la instauración del Día de los Trabajadores, la fecha sigue encarnando la voluntad protagónica de los trabajadores de luchar por los derechos sindicales y la dignidad obrera.