Cultura
Rocambole, el rey de las tapas
Ricardo Cohen es conocido por ser el creador de las tapas de los discos de los Redonditos de Ricota, pero detrás hay toda una vida dedicada a las artes plásticas y a la docencia.
Rocambole es un personaje literario francés del siglo XIX, un aventurero ingenioso y caballeresco que protagonizó una saga de novelas publicadas en forma de folletín y que serían llevadas al cine y la televisión. El padre de Ricardo Cohen tenía en su casa esa colección de libros que impresionaron a ese niño de tal forma que, de adulto, adoptaría el seudónimo de Rocambole.
Ingresó en la facultad en 1964, años de auge del hippismo, el flower power y la vida en comunidad. La intervención militar a la casa de estudios en los años de la dictadura de Onganía provocaron un éxodo. Tenía 24 años cuando, junto a otros amigos, como Skay Beilinson, Kubero Díaz y Quique Gornatti, en el verano del 67 fundaron lo que se conocería como La Cofradía de la Flor Solar: “Fue cuando algunos de los que estábamos en la Facultad de Bellas Artes, que antes era Escuela de Bellas Artes, decidimos irnos. Como ya estábamos acostumbrados a trabajar en grupo porque participábamos del centro de estudiantes, no quisimos separarnos y pensamos en vivir juntos”, contó Rocambole.
Comenzaron viviendo en una casa tipo chorizo de calle 13 y 41. De esta experiencia comunitaria salió un grupo musical que fue uno de los primeros en cantar en Argentina rock en nuestro idioma. En 1971, editaron un disco con la producción de Jorge Álvarez y tapa de su creación. Actuaron en el multitudinario B. A. Rock junto a las principales figuras de la escena local del rock, y organizaron en el Club Atenas, en abril de 1970, algo que pretendió ser un mini-Woodstock, un festival de música que duró tres días. Recuerda Rocambole: “Yo me encargué personalmente de convocar a varios grupos. Fui a El Palomar para invitar a los Arco Iris, fui a Belgrano a convencer a los Almendra. Así con muchos”. Con el dinero obtenido, La Cofradía pudo mudarse a una casa de media manzana, con un gran parque, ubicada en 122 y 72 bis.
Desde chico se había dedicado a pintar carteles y siempre estaba con el pincel en la mano. Era su manera de interpretar el mundo que lo rodeaba y de expresar sus inquietudes más profundas. En 1953 había entrado por primera vez a Bellas Artes, y había quedado deslumbrado con la reproducción del Moisés de Miguel Ángel. Hizo un ciclo de curso básico para niños y, en ese mismo año, realizó su primer corto de animación.
Su salida de la Facultad de Bellas Artes en años de dictadura tuvo un regreso en democracia, como docente y vicedecano de esa casa de estudios. También ejerció como prosecretario de Arte y Cultura de la Universidad de La Plata.
Una sana costumbre
De los años del retorno de la democracia data su amistad con algunos de los integrantes de los Redonditos de Ricota, cuyos discos tuvieron la saludable costumbre de presentar una portada hecha por este artista plástico y diseñador gráfico que, si bien nació en Parque Patricios, de muy chico vive en La Plata.
Ya desde Gulp!, el primer disco de la banda, grabado en los estudios de Lito Vitale, se muestra la audacia y creatividad de Rocambole, correlativa con la música que caracterizaría a la banda. En Oktubre fue más allá aún: “En el reverso (de la tapa del disco) se ve la Catedral de La Plata en llamas: un símbolo revolucionario. Es un guiño a todas las propuestas libertarias. Parece la tapa de un libro anarquista”.
No solo se encargó de hacer el arte de tapa de todos los discos, sino también los afiches y hasta el diseño de las entradas. En 1997, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota obtuvieron el premio ACE al mejor diseño de portada por Luzbelito.
Trabajó con muchos artistas: Charly García, Estelares, Claudio Gabis, Miguel Cantilo, y hasta hizo la tapa de Zappa en la radio, de Frank Zappa.
También escribió tres libros: Arte, diseño y contracultura, De regreso a Oktubre: lo que quedó en el tintero y Solos y de noche, crónicas de sus años con la banda.
En 2008 hizo la secuencia de animación para la película La cámara oscura, dirigida por Victoria Mennis. Dictó cursos de ilustración en numerosas instituciones oficiales y privadas, y recorrió el país con muestras individuales.