“Se debate que las vacunas sean un bien público global”
Así lo precisó en diálogo con diario Hoy la investigadora del Conicet en el área de Relaciones Internacionales de Flacso, María Belén Herrero.
Tras el anuncio del gobierno de Joe Biden de apoyar temporalmente la liberación de las patentes de las vacunas contra el coronavirus, el escenario para la suspensión de los derechos de propiedad intelectual para facilitar su producción a escala mundial comenzó a tomar un color un poco más claro en medio de la oscuridad que rodea a las grandes empresas farmacéuticas de poder mundial.
En diálogo con diario Hoy, María Belén Herrero, investigadora del Conicet en el área de Relaciones Internacionales de Flacso, se refirió a la escasez de vacunas y a la brecha desigual que existe en la distribución de las dosis disponibles, que fueron acaparadas por unos pocos países ricos.
“Estamos ante un momento histórico al poder tener vacunas en menos de un año y sin embargo no hay vacunas suficientes. Esto tiene que ver con dos cuestiones. La primera con el acceso tan inequitativo a las vacunas, es decir, las pocas que hay están mal distribuidas. Hoy en día se calcula que el 85 por ciento de las dosis aplicadas en el mundo están concentradas en los países de renta alta y media alta. De los países de renta baja recibieron aproximadamente el 0,2 por ciento de las dosis aplicadas. 9 de cada 10 países más empobrecidos podrían no recibir vacunas en el próximo año”, expresó la investigadora.
En un segundo punto, la especialista apuntó a la disponibilidad de producción de vacunas y a los pocos productores. Es ante este panorama que surge el pedido de liberación de patentes de los antídotos, para ampliar la producción y sumar nuevos productores, lo que favorecería el acceso y, además, tendría un impacto en el precio.
“Una de las principales trabas en el acceso a las vacunas son los derechos exclusivos que otorgan las patentes y otros derechos de propiedad intelectual que generan monopolios a través de las grandes farmacéuticas. Entonces liberar las patentes lo que permite es que otros que tienen capacidad de producir puedan hacerlo. En el caso de que esto ocurriera impactaría de manera positiva en la vacunación global porque habría más vacunas que podrían producirse por otros laboratorios. Habría además mayor transferencia de tecnología para la producción”, señaló.
En el caso de que la producción se diversificara, aumentaría el suministro y bajarían los costos. “Lo que es más importante es que podríamos tener cuanto antes mayor cantidad de vacunas para la mayor parte de la población”, recalcó la profesional.
Sobre la sorpresa que generó que Estados Unidos apoye la liberación de patentes, Herrero consideró que se trata de “una buena noticia pero hay bastantes contrapuntos que hay que tener en cuenta. Todavía está por resolverse qué es lo que va a pasar en la OMC (Organización Mundial de Comercio), cómo los países van a votar finalmente y qué es lo que va a pasar de ahora en más hasta la próxima reunión”, que se desarrollaría dentro de un mes y donde las decisiones se toman por consenso de todos sus miembros, que son 164.
A su vez, indicó que también resta saber cuál va a ser el posicionamiento de otros países, algo que en las últimas horas ya tuvo lugar con algunos pronunciamientos que se dieron a conocer.
“Lo que está en debate hoy es que las vacunas sean consideradas un bien público global y son varias las organizaciones sociales a nivel mundial, organismos y personalidades que se están articulando para denunciar los peligros de excluir a la mayor parte de los países en el acceso a las vacunas. Y por lo tanto la necesidad de exigir y de visibilizar la importancia de liberar las patentes”, completó.