Se desbordó el arroyo El Gato, hubo autoevacuados y un nene quedó electrocutado

Ocurrió en El Peligro, mientras que en Olmos se rebalsó una de las ramificaciones del arroyo que pasa por 183 y 41.

La enseñanza del trágico abril del 2013 parece haber dejado poco en algunos responsables en tomar decisiones en la ciudad de La Plata, que ayer se vio nuevamente sorprendida y colapsada por los efectos de la tormenta y el cambio climático que afectó fuertemente a toda la región.

Lejos de las cámaras de seguridad del centro y aún más lejos del alcance del monitoreo de 119 y 32, vecinos del barrio Santa Rosa tuvieron que autoevacuarse en una zona que limita la localidad de Lisandro Olmos con Romero.

Verónica es una frentista que creció en el barrio del club Unidos de Olmos, y desde muy temprano tuvo que dejar su casa de 183 y 41 por la amenaza del ingreso de agua.

Las precipitaciones, que superaron los 100 milímetros durante el día, colapsaron una de las ramificaciones del arroyo de El Gato, que en esta zona de La Plata no tiene el “entubamiento” que en su momento mostró la gestión municipal en el cauce de Hernández o Ringuelet.

La calle 183 quedó rápidamente intransitable para los autos, pero los propios vecinos se encargaron de reforzar el corte apilando ramas y hojas que ya se habían caído de los árboles en la misma zona de la ciudad.

Por otro lado, fuentes policiales confirmaron que como consecuencia de las secuelas de las tormentas, un nene de 12 años se electrocutó en la zona El Peligro cuando quiso abrir una heladera en una casa que se había llenado de agua en 223 entre 420 y 422. Quedó inconsciente y con signos vitales, y fue trasladado de inmediato al Hospital de Gonnet.

En Berisso, en tanto, también se desbordó la ramificación de otro arroyo en la zona de 10 y 125 y los vecinos tuvieron que ayudarse mutuamente para evitar pasar sofocones en el lugar.

Asimismo, en Ensenada sobrevolaron los pedidos y gritos de auxilio de los vecinos de Punta Lara, quienes ante la creciente del Río de La Plata también tuvieron que tomar medidas extremas para evitar que entre el agua a las casas, mientras que los únicos que estuvieron al pie del cañón para socorrer a los vecinos fueron los bomberos voluntarios y el personal que trabaja con Defensa Civil.

También sobre la calle 128 entre 32 y 35 de Villa Catella se vivieron las peores escenas de desesperación de parte de algunos frentistas, a los que se les juntó parte del agua y la basura que no fue recogida en las últimas horas por la zona.

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