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Wolfgang Amadeus Mozart y su dudosa muerte

Su música sigue tan viva como hace dos siglos y medio, y su imagen sigue generando 5.000 millones de euros al año. Sin embargo, su fallecimiento sigue siendo controvertido.

Es casi el niño prodigio por antonomasia. A los tres años ya sabía tocar el piano y a los cinco compuso su primera obra. A los ocho escribió una sinfonía y, apenas tres años después, una ópera. En las cortes europeas se disputaban su presencia. Jorge III de Inglaterra y Luis XV lo sabían: Wolfgang Amadeus Mozart era un niño genio.

Nació en Salzburgo el 27 de enero de 1756, su talento innato le permitió a su padre, también músico, llevarlo a tocar el piano a los ocho años por Francia, Inglaterra, Alemania y Países Bajos, donde era recibido por reyes y admirado como una preciosa rareza. Antes de cumplir 30 ya era el músico más popular de su tiempo.

En 1786 compuso Las bodas de Fígaro, una ópera bufa en cuatro actos que fue estrenada en Viena, ese mismo año, bajo la dirección del propio autor. Le seguirían creaciones excelsas como el Réquiem en Re menor, La flauta mágica y Don Giovanni. Cuando Mozart decide establecerse en Viena conoce al maestro italiano Antonio Salieri, quien ya era músico de la corte, y con quien entabló una relación compleja retratada magistralmente por Milos Forman en su película Amadeus.

Mozart hizo suya la herencia del barroco –sobre todo de Bach y Haendel– y la perfeccionó con sus innovaciones y la calidad de sus obras. Toda la crítica constantemente lo señala como uno de los pilares de la música occidental, a la par de ­Beethoven y Bach. Fue un rebelde y no solo en lo musical. Escribía en un idioma que no era el materno, ya que muchas de sus obras están compuestas en italiano, con una exactitud insuperable en cuanto a acentuación musical y manejo del idioma. Combina un gran dominio técnico de cada instrumento musical con un gran equilibrio emocional.

Parece increíble que haya vivido solo 35 años quien fue autor de 22 óperas, 41 sinfonías y otras obras que, en conjunto, suman 626 obras, igualadas por la complejidad técnica con que fueron compuestas. En 1862, el musicólogo austríaco Ludwig Alois Ritter von Koechel reconstruyó la cronología precisa de la obra completa de Mozart. Por eso, cada vez que se edita o difunde una obra del genio de Salzburgo, en lugar del habitual número de obra se consigna con la abreviatura “K” la ubicación de la página y el apellido del ilustre compilador mozartiano: Koechel.

Mucho se ha discutido acerca de la causa de su muerte. Una de las hipótesis es que fue envenenado, posiblemente por el propio Salieri, con quien mantuvo a lo largo de los años una rivalidad irrestañable. Pero la teoría que parece tener más asidero, por las pruebas que ha colectado en su libro la investigadora italiana Gabriella Bianco, es la que señala que fue asesinado por el marido de su amante.

Bianco es doctora en Filosofía, ensayista y catedrática. En su libro, de 2002, cuenta cómo Mozart conoció a su gran amor, Magdalena Pokor, quien había sido su alumna de piano. Maestro y discípula se enamoraron sin pasaje de regreso. Había un solo detalle que impedía que la pareja viviera junta: ella era casada. Su marido, Franz, era miembro de una secta masónica vienesa, La Esperanza Coronada, y hombre muy acaudalado. Prestó fuertes sumas a Mozart, quien nunca estuvo en posición de hacer la devolución. Al enterarse de la infidelidad, hizo un atentado fallido contra su esposa y, a continuación, según la investigadora, habría asesinado al músico. Luego del crimen se suicidó, supuestamente inducido por la secta para evitar el escándalo.

Según Gabriella Bianco, la inculpación a Antonio Salieri de la muerte de Mozart es una calumnia: “Una acusación completamente infundada y no hace honor al gran maestro italiano de la Corte de Viena ni a su trayectoria humana y artística”. La autora afirma que “no se pueden negar las responsabilidades de la secta que tenía entre sus adherentes a Mozart y a su propio victimario, y que la organización tenía todo el interés en evitar el escándalo además de la Corte Imperial y de su inmaculada imagen”.

Wolfgang Amadeus Mozart murió en soledad, lejos de su familia y de sus amigos, el 6 de diciembre de 1791. El cadáver fue motivo de sucesivas investigaciones procurando llegar a una conclusión definitiva, no solo acerca de la causa del deceso, sino también para ver si a través de mediciones frenológicas del cráneo se podía descubrir la clave de tanta genialidad.

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