Rusia cortó el suministro de gas a Polonia y Bulgaria

Esto se debe al incumplimiento en el pago en rublos que exige Rusia.

Rusia cortó anoche el suministro de gas a Polonia y Bulgaria tras negarse a pagar en rublos tal como había pedido el presidente Vladimir Putin a los países "no amistosos".

Según el decreto, los países de Europa seguirán recibiendo el suministro de gas ruso con la condición que los pagos se hagan en la moneda rusa.

La mayoría de países europeos se unieron a las sanciones contra Rusia por el conflicto con Ucrania por lo que los activos y pasivos de las empresas rusas fueron congelados.

Es por eso que los pagos, estipulados en euros, nunca llegaron a Moscú y por lo tanto las autoridades rusas lo consideraron una falta del contrato.

Por tal motivo, Putin anunció que no regalará el gas a Europa y deberán pagar en rublos que deberán comprar en bancos rusos.

Avanza la ofensiva en el este de Ucrania

Zarichne está a solo 50 kilómetros de la ciudad de Kramatorsk, donde decenas de personas murieron semanas atrás en el ataque a una estación de tren. El Ejército ruso también desalojó al ucraniano de Velyka Komyshuvakha y Zavody, dos localidades de la provincia de Jarkov, que limita por el oeste con Donetsk y Lugansk. Por otro lado, el Ministerio de Defensa ucraniano advirtió que las fuerzas enemigas “continúan la ofensiva en dirección de Nyzhnye y Orikhiv” en la región central de Zaporiyia, que limita por el este con Donetsk.

Separatistas rusoparlantes alzados en armas contra Kiev controlan parte de Donetsk y Lugansk desde 2014, cuando el Kremlin anexionó la península de Crimea tras protestas que provocaron la caída del entonces gobernante ucraniano allegado a Moscú. Rusia ha dicho que la ofensiva en el este crearía un enlace terrestre entre el territorio bajo control separatista y la península en el mar Negro.

Por otra parte, exactamente un día después de que Estados Unidos y otros países occidentales prometieran acelerar el suministro de armas a Ucrania, el Kremlin subió la apuesta y recurrió a su más vital exportación, que Europa necesita para mantener su economía en funcionamiento. Los precios europeos de la energía se dispararon con la noticia, que la presidenta del Ejecutivo de la UE calificó de intento de “chantaje”.

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