Rusia rechazó las acusaciones de interferencia en las elecciones legislativas de Estados Unidos
La administración de Biden acusó a Rusia de interferir en los comicios y desde el Kremlin negaron todo.
El Gobierno ruso rechazó hoy las acusaciones realizadas por el presidente de estadounidense, el demócrata Joe Biden, quien afirmó que Rusia busca interferir en las elecciones legislativas estadounidenses previstas para el año que viene.
"Por supuesto que Rusia no interfiere ni tiene la más mínima intención de interferir en los procesos electorales de otro países", aseguró el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, al comentar las declaraciones del mandatario estadounidense, informó la agencia de noticias Sputnik.
El presidente Biden había dicho ayer que recibió información de que Rusia, supuestamente, ya estaba interfiriendo en las elecciones legislativas que se realizarán en Estados Unidos en 2022.Para Peskov, se trata con toda probabilidad de "otro de los informes poco profesionales proporcionados al presidente de Estados Unidos".
"Rusia nunca se ha inmiscuido en los procesos electorales de Estados Unidos, lo que corroboran los resultados de numerosas investigaciones que se han llevado a cabo en el país norteamericano", subrayó el vocero del Kremlin.
En marzo, la comunidad de inteligencia estadounidense acusó a Rusia de interferir en las elecciones presidenciales de 2020, a lo que Rusia respondió que eso no tenía fundamentos y que la denuncia no fue acompañada de evidencia concreta.
Este nuevo cruce entre Estados Unidos y Rusia coincidió con una reunión discreta pero importante que mantienen hoy el vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov, y su par estadounidense, Wendy Sherman, en Ginebra, Suiza, en un intento por limar asperezas y mejorar la relación.
"Con este diálogo, buscamos sentar las bases de futuras medidas de control de armas y de reducción de riesgos", explicó el Departamento de Estado norteamericano en el comunicado que anunció el encuentro, según la agencia de noticias AFP.
Para Riabkov, en cambio, se trata de determinar "cuán serios son [los] estadounidenses en su voluntad de establecer un diálogo centrado y enérgico sobre la estabilidad estratégica".