Caja negra municipal

Cómplices o ineficientes

Las cooperativas resultaron así no solo en una gran caja negra para la dirigencia platense:

Para 2016, en el primer año de la gestión de Julio Garro, la cantidad de empleados municipales, funcionarios y cooperativistas era de 10.500. En ese reparto, se po­día decir sin temor a equivocarse que el municipio, a través de las cooperativas, tercerizaba y tenía en negro a la mitad de las personas que tenía a su cargo, o al me­nos a la mitad del personal al que desde su tesorería se le pagaba por realizar alguna actividad.

Las cooperativas resultaron así no solo en una gran caja negra para la dirigencia platense, como ya lo indicamos en la nota del miércoles pasado, sino en una gran solución a la hora de negociar haberes, ya que sus integrantes no estaban respaldados por ningún sindicato.

Llama la atención entonces que, estando bajo la órbita del municipio, el titular del Sindicato de Trabajadores Municipales, Darío Alfano, o el secretario general de UPCN en la provincia de Buenos Aires, Carlos Quintana, no pusieran el grito en el cielo cuando la comuna dobló la cantidad de personal a su cargo y evitó pagar por ellos aportes jubilatorios y cargas sociales, precarizando así una cantidad de em­plea­dos que es igual o mayor que los que ya tiene a su cargo.

La pregunta que queda flotando en el aire ante esta situación es: ¿por qué sucede esto? Y la respuesta que se puede inferir es que, si no se es parte de la solución, bien podría pensarse que se es cómplice en el problema.

La situación es clara. El municipio precariza a buena parte de su planta de empleados, ya que a través de las cooperativas subcontrata y se desentiende de te­mas como salarios, cargas sociales o aportes patronales.

Lo rea­lmente preocupante es que quienes debieran defender los derechos de los trabajadores ha­gan la vista gorda ante una situación tan evidente.

Noticias Relacionadas