Crónica de un final anunciado
La mesa antisindical de María Eugenia Vidal tuvo sus inicios en la sede porteña del Banco Provincia. La gran cantidad de pruebas que surgieron confirmó la persecución política y judicial del gobierno de Cambiemos.
El plan sistemático para perseguir y encarcelar a opositores durante el gobierno de Mauricio Macri tuvo su sede en el gobierno de la provincia de Buenos Aires con María Eugenia Vidal a la cabeza, y se evidenció a fines de 2021. Así lo demostró diario Hoy en cada una de sus ediciones.
Un video filmado en 2017 mostraba a los entonces funcionarios del gobierno bonaerense, empresarios y espías de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) planificando denuncias hacia el dirigente de la Uocra platense Juan Pablo “Pata” Medina. Allí, el entonces ministro de Trabajo de María
Eugenia Vidal, Marcelo Villegas, expresó: “Creeme que si yo pudiera tener –y esto te lo voy a desmentir en cualquier parte–, si yo pudiera tener una Gestapo, una fuerza de embestida para terminar con todos los gremios, lo haría”.
El 27 de diciembre de 2021, la interventora de la AFI, Cristina Caamaño, realizó formalmente la denuncia ante la Justicia Federal de La Plata. A partir de allí se avanzó en la causa y se encontraron sobradas evidencias que complicarían a los integrantes de la “Gestapo” antisindical.
El juez a cargo de la causa, Ernesto Kreplak, solicitó registros de llamadas, de visitas a la AFI y a Casa Rosada. También pidió las agendas de los funcionarios involucrados, las cuales, una vez presentadas, pudieron reconstruir el proceso de armado de causas contra dirigentes, e incluso incorporando figuras como el procurador general de la Provincia, Julio Conte Grand –quien está al borde de enfrentar un juicio político–, o el juez federal de Quilmes, Luis Armella.
Además, queda determinar la responsabilidad del entonces directorio de la AFI macrista, compuesto por Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Y no es de menor importancia el papel que jugaron los directivos del Banco Provincia, quienes coordinaron las reuniones entre los protagonistas de aquella “mesa de trabajo” y cuya participación quedó evidenciada en cientos de correos electrónicos y conversaciones telefónicas.
En este contexto, el macrismo y sus aliados intentaron desacreditar la causa, utilizando el término “cuentapropismo” para justificar las tareas de los espías, o intentando enviar la causa a Comodoro Py para tener una “mano amiga de la Justicia”.
Sin embargo, estas posibilidades se descartaron, y hoy el procesamiento de los miembros de la mesa judicial de María Eugenia Vidal resultó el final anunciado de una crónica que comenzó el 15 de junio de 2017 en la sede del Banco Provincia de la ciudad de Buenos Aires.