El consumo no cae pero tampoco se recupera
Por primera vez en 16 meses el consumo masivo dejó de caer, aunque las ventas en supermercados siguen en baja. El leve repunte fue empujado por los comercios de cercanía, mientras la pobreza se afianza.
El consumo masivo apenas creció un 0,1% en abril, según la consultora Scentia, marcando el primer dato positivo en 16 meses. Sin embargo, ese repunte no alcanza para celebrar: las ventas en supermercados volvieron a caer, con una baja del 2,9% interanual a nivel nacional y un desplome del 4,5% en el AMBA. La leve mejora fue sostenida por los comercios de cercanía, que registraron subas del 3,1% en todo el país y del 6,7% en el área metropolitana.
Pese al freno en la inflación, que cerró abril en 2,8%, la economía familiar en Argentina no muestra signos reales de alivio. En lo que va del año, el consumo acumula una caída del 6,5%, y la pérdida de poder adquisitivo es profunda. La aparente estabilización de precios no se traduce en una mejora del bienestar: la Canasta Básica Total en la Ciudad de Buenos Aires alcanzó $1.167.271, y una familia necesitó más de $1.840.000 para ser considerada de clase media.
Mientras tanto, el dólar oficial osciló entre $1.150 y $1.230, triplicando la suba de precios. La apertura parcial del cepo y la flotación del tipo de cambio siguen beneficiando a sectores concentrados, mientras las góndolas siguen vacías para millones de argentinos. Lejos de una recuperación genuina, el rebote técnico del consumo masivo no logra ocultar una realidad marcada por la retracción, el ajuste y una caída sostenida del nivel de vida en la era Milei.
Con una inflación que triplica el ritmo del dólar oficial y una pobreza creciente, el consumo masivo continúa anclado en niveles alarmantemente bajos, con una caída acumulada del 6,5% en lo que va del año.