El FIM, la herramienta de negociación del gobernador con los intendentes

El Fondo de Infraestructura Municipal se ha convertido este año en la moneda de cambio del gobierno provincial a la hora de negociar el Presupuesto.

El ejercicio de la política es una partida de ajedrez, y en muchos casos son varias...

En este juego, el gobernador debe enfrentar “simultáneas” y atender varios frentes. Pero su estrategia marca que lo que haga en un tablero puede afectar el juego en el resto, y eso lo pone en una situación que, bien manejada, puede darle cierta ventaja.

Es que en cada partida los rivales atacan y defienden de manera individual, pero las respuestas que el mandatario exige promueven una respuesta conjunta que beneficie a todos, lo que en términos del juego ciencia podría provocar “tablas” (empate), pero que en realidad deja al mandatario en una situación que bien podría tomarse como una victoria.

El mejor ejemplo de esto puede verse en el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), una herramienta creada por María Eugenia Vidal para evitar que los intendentes desvíen las partidas destinadas por el gobierno bonaerense a la obra pública en las comunas y mediante la cual, para avanzar a la etapa siguiente de cualquier obra, se debía justificar la finalización de las labores en la etapa anterior.

El fondo se mantuvo durante la primera mitad de la gestión del gobernador Kicillof, pero en las negociaciones para el Presupuesto en curso, este supuso un inconveniente que frenó las conversaciones e hizo que la ley de leyes se aprobara exactamente un día antes de la fiesta de Navidad.

Con este antecedente, y a sabiendas del disgusto que causan en cualquier gestión las herramientas heredadas, causó cierta sorpresa la idea de que el mandatario cediera ante la presión de alcaldes oficialistas y opositores, que reclamaban no solo el mantenimiento del FIM, sino su fortalecimiento.

Con los cambios en el gabinete tras las PASO y la irrupción de intendentes en lugares claves de la gestión de Kicillof, el rumor cobró fuerza luego de que el gobernador recibiera a los referentes de los municipios oficialistas la semana pasada en el Salón Dorado de la Gobernación. Y hasta tenía cierta lógica, por lo cual lo que sorprendió esta vez fue la no inclusión del mentado fondo dentro del Presupuesto de la provincia de Buenos Aires para 2022.

Y es aquí en donde la movida en el tablero legislativo provoca la reacción también en los tableros de los intendentes, que deberán sentarse junto a sus representantes en la Legislatura para ver cómo negocian con el mandatario para recuperar esta herramienta.

La primera lectura del texto presentado dejó a la vista esta jugada del Ejecutivo provincial, pero a medida que el estudio sea más pormenorizado, se harán visibles las movidas que aún están ocultas y se pondrán en evidencia las intenciones de uno y otro lado.

Las quejas de la oposición en ese sentido ya se hicieron escuchar tras el paso de López por la Legislatura, y el entendimiento entre las partes deberá llegar para la votación de las leyes de Presupuesto e Impositiva.

Dependiendo del tiempo que se demore en llegar a un punto de encuentro entre las partes, la composición de las Cámaras podría ser la actual (en donde el oficialismo controla Diputados y tiene una clara desventaja en el Senado) o la que los bonaerenses eligieron en las elecciones (donde el recinto de avenida 53 está más parejo y el de avenida 51 tendrá el control del oficialismo).  Las partidas están abiertas, las fichas se mueven sobre los escaques y el final se verá tras la votación del Presupuesto.

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