El Gobierno avanza sobre el Conicet y pone en jaque su autonomía

La Casa Rosada impulsa un decreto que altera la gobernanza del organismo, limita su autonomía y orienta la investigación hacia criterios políticos.

La administración libertaria impulsa una reforma en el Conicet que modifica su esquema de decisiones y amplía la injerencia oficial en la definición de investigaciones y en el reparto de fondos. La iniciativa se trabaja desde hace meses en la Casa Rosada y se prepara para ser instrumentada mediante un decreto que el oficialismo considera clave para su agenda de reorganización del Estado.

Un rediseño que desplaza la autonomía del organismo

El plan propone que el organismo deje de fijar sus prioridades y quede sujeto a los criterios que el Ejecutivo considera estratégicos para sectores como energía, minería y salud. La medida se presenta como una descentralización operativa, aunque en los hechos concentra la capacidad de control en la Casa Rosada y reduce la autonomía técnica que históricamente sostuvo su funcionamiento.

Cabe mencionar que el Conicet reúne más de veintiséis mil trabajadores entre investigadores, becarios, técnicos y administrativos, y sostiene una red de centros e institutos en articulación con universidades nacionales. Su conducción se integra a partir de ternas propuestas por el sistema científico y académico, con mandatos rotativos que renuevan la mitad de los cargos cada dos años. Ese equilibrio, construido durante décadas, es uno de los puntos que la reforma altera de manera más sensible.

Cambios en ingresos y un sesgo hacia áreas productivas

Aunque el Ejecutivo dejó en pausa una reforma estructural más profunda, mantiene la intención de modificar los criterios de ingreso y priorizar perfiles técnicos vinculados a sectores productivos, en detrimento de las ciencias sociales y humanidades. En el Gobierno admiten que el borrador del decreto ya circula entre los equipos de Desregulación y de Legal y Técnica y que la intención es avanzar en el corto plazo.

Mientras tanto, organizaciones gremiales y científicas sostienen protestas en distintos puntos del país. El malestar se intensificó tras la decisión oficial de dar de baja dos programas clave de financiamiento. Para amplios sectores del sistema científico, la reforma no solo redefine prioridades sino que compromete la autonomía histórica del organismo y abre un escenario de mayor dependencia política.

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