La CGT rechazó la reforma y prepara una concentración en Plaza de Mayo

La central obrera cuestionó la falta de diálogo y anunció una movilización mientras crece la tensión por el avance del proyecto.

La CGT formalizó su rechazo a la reforma laboral impulsada por el Gobierno y anunció una movilización masiva a Plaza de Mayo para el próximo jueves 18. La decisión llegó tras una reunión cargada de tensiones internas y en un clima político marcado por la falta de consensos y el avance acelerado del proyecto en el Congreso. La conducción sindical advirtió que el país atraviesa un escenario de empobrecimiento, caída de la inversión y un proceso que describen como industricidio, condiciones que, según la central, vuelven aún más grave cualquier intento de flexibilización.

En conferencia de prensa, Jorge Sola sostuvo que la reforma promueve precarización y empuja a una mayor informalidad. Señaló además que el Gobierno avanzó sin acuerdo con empleadores ni trabajadores y que la ausencia de una mesa de diálogo vuelve inviable cualquier discusión. La CGT remarcó que el proyecto se conoció entre versiones cruzadas y sin participación de los sectores involucrados, lo que alimentó el malestar interno y aceleró la decisión de activar un plan de acción.

Ese plan contempla llevar la postura de la central a legisladores y gobernadores. También incluye la judicialización de varios artículos que consideran inconstitucionales. La conducción insiste en que la reforma no debe tratarse en sesiones extraordinarias y que el debate debe pasar a la etapa ordinaria, donde esperan un escenario más favorable para frenar el avance oficial.

Aunque la CGT había optado por acciones más institucionales, como negociaciones parlamentarias y presentaciones judiciales, la presión interna del ala más combativa terminó inclinando la balanza hacia una demostración de fuerza en la calle.

En paralelo, el sector más moderado busca sostener el frente político. Horas antes del encuentro, la conducción de la central mantuvo una reunión con el bloque peronista del Senado, donde obtuvo el compromiso de rechazar la reforma. Para la CGT, ese respaldo será clave en la pulseada que se abre, aunque la señal más contundente llegará en la calle con la movilización del próximo jueves.

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