El lema del “vamos por todo” ilustra la década K

Por Rogelio Frigerio (*)
Especial para Hoy

El avasallamiento constante sobre las instituciones lo podemos encontrar en innumerables casos, tales como la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central y la constitución del mismo como la caja del ejecutivo; la intervención del Indec y la manipulación de la información; la ruptura sistemática de las normas y la inevitable pérdida de confianza o el reciente intento de la “democratización de la justicia” ante los escándalos de corrupción en la gestión pública.

Esta realidad política e institucional trae sus consecuencias en los aspectos económicos: aún con el contexto internacional más favorable en la historia de Argentina, vamos a ser el país con mayor inflación de la región.

El lema del “vamos por todo” ilustra de manera perfecta las medidas y decisiones de esta última década, aunque con ellas se pongan en riesgo a la República. Ese es el desafío que viene de cara al futuro político, que ya no va a recaer únicamente en la responsabilidad de la oposición, sino de la sociedad toda.

El desafío político, tanto de la oposición como del oficialismo, es animarse al diálogo en el marco de las diferencias para establecer políticas públicas en el largo plazo. Dejar de pensar en la próxima elección para comenzar a pensar en la próxima generación.

Por otro lado, a esta ausencia de diálogo, se suma la alarmante falta de reacción que evidencia el ejecutivo ante las dificultades que fueron surgieron durante la última década. Esa idea persistente de seguir negando los problemas, cada vez más evidentes, no sólo lleva a un mal diagnóstico de la realidad, sino que genera un divorcio entre lo que piden las personas y la agenda de prioridades del gobierno.

Mientras que la presidencia debate cómo implementar la ley de medios, las personas personas pi­den a gritos por la inflación y la inseguridad. Empezar a escuchar lo que pide la sociedad sería un primer paso para orientar nuevamente las prioridades en la gestión pública.

(*) Diputado del PRO: Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires, especializado en Planificación y Desarrollo Económico. Nieto del intelectual y fundador del desarrollismo, Rogelio Frigerio

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