En el Gran Buenos Aires hubo clases virtuales, a pesar de la polémica

Es por las nuevas restricciones decididas por el Presidente. A diferencia de la Capital Federal, los pedidos de intendentes macristas del conurbano por mantener las escuelas abiertas no prosperaron. En Castelli reclaman que también allí sean suspendidas.

Finalmente, y a pesar de pedidos en contra de un par de intendentes de Juntos por el Cambio, ayer no hubo clases presenciales en las escuelas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), excepto en la Capital Federal, donde el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, logró que la Justicia lo autorizara a continuar con la presencialidad en las aulas, a pesar de las nuevas restricciones impuestas por el Presidente de la Nación Alberto Fernández.

En virtud de esas medidas, orientadas a atajar el aumento de contagios de Covid-19, la enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 que es pandemia global, las clases presenciales fueron suspendidas en 35 distritos de la Provincia, incluyendo a dos partidos de la zona norte del Gran Buenos Aires cuyos intendentes habían encarado movidas similares a la de Rodríguez Larreta.

En efecto, tanto en San Isidro, municipio gobernado por Gustavo Posse, como en Vicente López, que administra Jorge Macri, primo del expresidente, las escuelas permanecieron cerradas ayer.

Ambos jefes comunales habían procurado que la suspensión de la presencialidad no fuera efectiva en sus respectivos distritos, a través de sendas presentaciones judiciales, pero no lograron ese objetivo.

Posse había recurrido a la Justicia Federal de San Martín con un recurso de amparo para garantizar las clases presenciales, pero el domingo por la noche reconoció que se plegaría a la decisión presidencial. Macri también elevó un recurso de amparo, que fue rechazado ayer por la mañana por el juez Oscar Papavero.

“Lamento que se politice la pandemia”

En diálogo con diario Hoy y Red 92, la jefa comunal de Moreno, Mariel Fernández, atribuyó la actitud de Posse y Macri a que sus municipios “tienen otros recursos económicos y habitantes de sectores medios altos, que quizás no usan el transporte público para llevar a sus hijos a las escuelas”. Pero, por otro lado, “lo cierto es que por ahí también tienen garantizada la virtualidad, que en los barrios alejados de los cascos urbanos es más difícil”, añadió.

“Lamento que, como decía nuestro Presidente, se politice la pandemia”, dijo la intendenta, y agregó: “Hay que entender que el virus no respeta fronteras. Lo que pasa en la ciudad (de Buenos Aires) impacta en los municipios de la Provincia, y lo que pasa en el Gran Buenos Aires impacta en el interior del país”.

“Sabíamos que esta ola se venía. Ojalá hubiéramos podido tomar las medidas antes”, concluyó Fernández.

En Castelli esperan la suspensión

Mientras tanto, Francisco Echarren, el primer intendente que salió a pedir la suspensión de las clases presenciales para evitar “contagios y caos”, aún espera poder hacerlo en su distrito, Castelli, donde las aulas permanecieron abiertas, ya que la medida adoptada por el Gobierno nacional solo rige para el AMBA.

“El día sábado le he solicitado al gobernador (Axel Kicillof) la suspensión de la presencialidad en Castelli por el término de 15 días, que efectivamente para los chicos van a ser menos porque muchos chicos van una semana sí, una semana no”, dijo ayer Echarren, a lo que añadió: “Y eso es muy importante, porque suspender 15 días la circulación de miles de vecinos nos va a permitir estabilizar la curva de contagios”.

El jefe comunal anticipó que hoy Kicillof podría anunciar un “marco normativo” que le permita a Castelli tener las clases presenciales suspendidas a partir del lunes próximo.

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