Fuerte caída de la producción y exportación automotriz
Un nuevo informe reveló el desplome del sector en julio. La falta de políticas públicas agrava la recesión industrial.
La industria automotriz atraviesa un nuevo retroceso que pone en evidencia los límites del relato oficial sobre una supuesta recuperación económica. Según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), en julio la producción nacional de vehículos cayó un 13,4% respecto a junio y un 16,5% en la comparación interanual.
El dato positivo acumulado del año (un 10,1% más que en 2024) pierde fuerza al observar que parte de una base extremadamente baja, resultado de un 2024 atravesado por una fuerte crisis económica y social. La supuesta mejora no se traduce en un crecimiento genuino, sino que funciona como un espejismo estadístico.
Exportaciones en picada
La caída se acentúa al observar las exportaciones, uno de los rubros clave del sector. En julio se enviaron al exterior 18.225 unidades, lo que implica una baja del 19,9% respecto al mes anterior y del 35,7% frente a julio de 2024. En el acumulado anual, también se refleja una merma del 4,7%.
Ni siquiera el rebote interno logró disimular la pérdida de terreno en el mercado internacional. La pérdida de competitividad y la falta de políticas activas que respalden al sector industrial argentino, dejan a las terminales en clara desventaja frente a sus competidoras regionales.
Sin políticas sostenidas
Mientras el presidente de Adefa, Martín Zuppi, atribuye parte del freno a cuestiones estacionales y tareas de mantenimiento en las plantas, el informe refleja una realidad más preocupante: la actividad no encuentra estabilidad y el rumbo del Gobierno, centrado en el ajuste, no ofrece ningún horizonte para la industria.
Ante este delicado presente, Zuppi planteó la necesidad de avanzar en una agenda conjunta que incluya también a provincias y municipios para reducir la presión fiscal. Pero sin un Estado nacional que impulse una política industrial sostenida, cualquier mejora corre el riesgo de ser momentánea.
La caída de julio marca un nuevo derrape de un sector que supo ser motor de la economía y hoy circula sin dirección clara.
En este contexto, y mientras el Ejecutivo mira para otro lado, la desindustrialización avanza.
