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Kicillof deshojó la flor de la paz
El mandatario bonaerense no le pasó factura por los desaires y las declaraciones recientes al intendente de Escobar y se hizo presente en la Fiesta Nacional de la Flor para acallar rumores de ruptura.
Sin rencores, o al menos eso pudo verse, el gobernador de la provincia de Buenos Aires estuvo presente en la apertura de la 58° Fiesta Nacional de la Flor, en Escobar, junto a la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez; su par de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez; el intendente local, Ariel Sujarchuk; y el presidente de la Sociedad Civil Fiesta de la Flor, Tetsuya Hirose.
Fueron muchas las especulaciones sobre la presencia o no del mandatario tras las polémicas declaraciones del intendente y el desaire que el mismo jefe comunal le realizó una semana antes de los cambios en el Gabinete, que incluyeron a los intendentes, cuando buena parte de ellos pasaron por la sede de calle 6, pero no Sujarchuk.
Pero finalmente a la hora de quitar los pétalos para tomar una decisión, Kicillof se decidió por un “Lirio de la Paz” y no por otra flor que dejara libre la posibilidad de no concurrir al evento.
El gobernador entendió, tras las elecciones, que las imágenes de ruptura interna dentro del movimiento de nada ayudan si lo que se pretende es dar un vuelco al resultado del 12 de septiembre, algo que no tuvo en cuenta el intendente de Escobar cuando cuestionó a la Nación y a la Provincia luego del revés electoral.
La incontinencia verbal del alcalde y su faltazo sin aviso al encuentro con el gobernador, pusieron en duda su lealtad al Frente de Todos y los amagues de ruptura estuvieron a la orden del día, pero finalmente fueron solo eso, fintas que no se concretaron.
Con el intendente en “plan rebelde” y los rumores creciendo de manera exponencial, Kicillof evaluó conveniente el hecho de presentarse en la convocatoria anual que tiene este municipio ubicado en el norte del Gran Buenos Aires y dejar para más adelante los reclamos al alcalde, para así aquietar las aguas y acallar las habladurías.
Durante su alocución en el evento, el gobernador recordó que el mismo era posible gracias a la campaña de vacunación realizada por la Provincia y en ese sentido indicó: “Manteniendo los cuidados al aire libre, se puede desarrollar esta edición tan especial porque hubo un avance muy importante en la campaña de vacunación que nos pone en los metros finales de la salida de la pandemia” y agregó: “Gracias a las vacunas, hoy estamos en condiciones de abrir muchas actividades que debieron cerrarse por la emergencia sanitaria”.
Finalmente puso al municipio como ejemplo de lo que vendrá al concluir diciendo: “Después de la pandemia, necesitamos que como aquí en Escobar, con trabajo, esfuerzo y un Estado presente, florezcan mil flores”.
Sin desentenderse de la gentileza del mandatario, pero sí de sus últimas acciones, el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, recogió el guante para pegarle por elevación a María Eugenia Vidal y declaró: “Le agradezco al compañero Axel por ser el primer gobernador que después de cinco años vuelve a visitar este evento, reafirmando su decisión de darle una gran importancia a las fiestas nacionales”.
Incontinencia verbal y fuego amigo
La historia que motivó la comidilla de propios y extraños y que culminó con la presencia conciliadora del gobernador Kicillof en el evento comenzó tras el revés en la urnas. Sujarchuk eligió confrontar y expresar su descontento a través de los medios y no puertas adentro, como sí lo hicieron otros jefes comunales.
“No hay manera de revertir en noviembre la derrota de las PASO”, indicó el intendente, responsabilizando a la Nación y a la Provincia por el resultado. “Axel Kicillof casi no hizo campaña. Se lo vio hasta guardado antes de las PASO”, disparó Sujarchuk
en lugar de lavar los trapos sucios puertas adentro; tal como lo hicieron sus pares que la semana anterior a los cambios en el Gabinete pasaron por la gobernación para debatir con el mandatario provincial, algo que Sujarchuk eligió no hacer.
Tras los cambios, la incontinencia del jefe comunal continuó su camino y espetó sin filtro: “El gobernador se encerró junto a su anterior Gabinete, muchos de los cuales siguen en otros puestos de la administración. A nosotros nos oía, pero no nos escuchaba”.