Kicillof refuerza su alianza sindical contra reforma laboral
El gobernador bonaerense consolida su estrategia para enfrentar el proyecto de ajuste laboral impulsado por el Gobierno nacional.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof volvió a tender puentes con las principales centrales obreras en un momento de tensión política y social. La reunión con la CTA y la CGT en La Plata buscó consolidar una estrategia común frente a la reforma laboral que impulsa Javier Milei, considerada por los dirigentes sindicales como regresiva y dañina para el empleo y los derechos de los trabajadores.
En la mesa de diálogo estuvieron Hugo Yasky y Hugo “Cachorro” Godoy, junto a la vicegobernadora Verónica Magario y el ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa. También participaron referentes como Roberto Baradel, Daniel Catalano y Pablo Maciel, quienes describieron un escenario marcado por salarios deteriorados y precarización creciente.
Los dirigentes coincidieron en que la iniciativa oficial no representa una modernización del sistema laboral, sino una ofensiva que busca debilitar la organización colectiva y alterar el funcionamiento de las paritarias. Según su visión, la propuesta trasladaría riesgos económicos desde las empresas y el Estado hacia los asalariados, en un contexto de ingresos en caída y conflictividad social en aumento.
Críticas al impacto productivo
Kicillof advirtió que la reforma amenaza al entramado productivo bonaerense, especialmente a las pequeñas y medianas industrias que sostienen gran parte del empleo privado. La flexibilización de derechos, señaló, no garantiza nuevas contrataciones en un mercado interno deprimido y con acceso restringido al crédito. Convocó además a empresarios pymes a asumir un rol activo en defensa de la producción y el trabajo.
Estrategia política y movilización
La reunión con las centrales sindicales se inscribió en una serie de gestos más amplios del gobernador, que en las últimas semanas mantuvo contactos con mandatarios provinciales críticos del proyecto, como Sergio Ziliotto, Gildo Insfrán, Gustavo Melella y Ricardo Quintela. La idea es articular una estrategia dual que combine la intervención institucional en el Congreso con la continuidad de la movilización social.
De este modo, Kicillof busca consolidar un frente político y sindical capaz de frenar una reforma que amenaza con debilitar derechos conquistados y profundizar la desigualdad en el mundo del trabajo.
