La interna entre Larreta y Bullrich al rojo vivo

A pocos meses de las PASO, se agravan los conflictos en la oposición.

La guerra sin toma de prisioneros en que devino la puja presidencial dentro del PRO y Juntos por el Cambio, protagonizada por Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, responde, desde ya, a sus ambiciones personales y encontró una excusa en la incorporación de José Luis Espert y Juan Schiaretti. De lo que nada se ha dicho es de las diferencias programáticas que existen entre ambas figuras y en lo que implicaría aplicar sus recetas económicas sobre un cuerpo social lacerado.

Es evidente que el precandidato y la precandidata comparten una visión general sobre el futuro, que podría inscribirse en lo que siempre ha defendido la Argentina liberal: ajuste en modo de shock, reformas promercado deteniéndose lo menos posible en consideraciones políticas, desregulación en favor de las empresas, fomento de los márgenes de ganancias de las compañías, legislación jibarizadora de derechos laborales, ahorro en “gasto” previsional, poda de subsidios sociales, reparto del ingreso en favor de los sectores con capacidad de ahorro e inversión; libre entrada y salida de capitales y apertura comercial.

Sin embargo, la crisis de larga data, la inflación, la ausencia de reservas y el mantenimiento de una precaria paz social en base a la acumulación de controles sobre la economía son hechos que imponen preguntas sobre el camino para llegar a ese futuro presuntamente luminoso que se le ofrece una vez más –después de mil fracasos– a la sociedad.

La guerra en el PRO y Juntos por el Cambio está hecha básicamente de ambiciones personales y los paraísos lejanos que prometen los proyectos en pugna no difieren demasiado entre sí. El tema es el camino hacia ellos, uno que, como advierte Carrió, podría llenarse de fantasmas y violencias.

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