Ser parte de Vaca Muerta, la obsesión de Kicillof
¿Por qué el gobernador insiste en convertir a Buenos Aires en una provincia petrolera? ¿Cuáles son los beneficios que esto podría traer? ¿Cómo podría potenciar la industria bonaerense?
A 82 días de haber asumido, el gobernador Axel Kicillof abrió las sesiones ordinarias en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires con un discurso de casi 100 minutos.
Durante su alocución, el mandatario indicó que solicitaría a la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) la incorporación de Buenos Aires como miembro.
La Ofephi está formada por las 10 provincias de nuestro país en donde hay yacimientos petrolíferos de los que se extrae crudo. Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Río Negro, Salta, Chubut, Jujuy, La Pampa, Formosa y Mendoza son los distritos en los que su extracción es viable, algo que no ocurre en suelo bonaerense.
Como contrapartida, la Provincia dirigida por Axel Kicillof tiene en su territorio las refinerías que procesan el 80% del crudo que sale de las entrañas del suelo argentino y en sus industrias se realizan buena parte de las herramientas necesarias que se usan para extraer el oro negro. Es por ese motivo que el mandatario cree tener razones suficientes para justificar el pedido, que cada cierto tiempo refresca, buscando hacer que su Provincia entre en el once ideal de la producción petrolera argentina.
Desde calle 6 indican que la intención del gobernador es “participar en las discusiones de toma de decisiones respecto a los hidrocarburos”. La realidad refleja lo que
Kicillof dejó muy claro en su discurso del 1° de marzo de 2020 (poco antes del inicio de la cuarentena por la pandemia del coronavirus): el gobernador quiere que Buenos Aires sea parte de las provincias que tengan que ver con los negocios que se generen en Vaca Muerta.
En aquella extensa alocución, el mandatario bonaerense recalcó que “el petróleo crudo se produce en diez provincias, muchas de ellas en la Patagonia, pero el 80% se destila en la Provincia. No se carga el crudo en los autos, sale por nuestros puertos. Es necesario encontrar un papel porque Vaca Muerta es una oportunidad en la cuestión de la industria”.
“Nuestras pymes petroleras tienen que ser partícipes de Vaca Muerta. La Provincia le pide al resto del país y a los empresarios que usen productos bonaerenses. Vamos a tener los mejores precios y la mejor calidad para la industria petrolera. Buenos Aires es socia del desarrollo de Vaca Muerta”, añadió.
Algunos meses más tarde y en ocasión de que la empresa Raízen anunciara una inversión de US$715 millones para ampliar y modernizar la refinería de la localidad bonaerense de Dock Sud, Kicillof reflotó su pedido. Indicó que los millones comprometidos “permitirán mejorar la capacidad de procesamiento de petróleo, los subproductos que van a generar para sustituir importaciones y potenciar exportaciones”.
“Esta inversión va a servir para que Vaca Muerta no salga de las entrañas de la tierra y se vaya directamente al exterior, sino que sea elaborado procesado y convertido en valor agregado con trabajo, industria e ingeniería argentina y bonaerense”, remarcó el mandatario en ese marco. Luego, sostuvo que en su Provincia “también se hacen todos los bienes y equipos que se necesitan para procesar el petróleo en el país: válvulas, motores, caños y buena parte de esa industria”.
En el territorio bonaerense están instaladas las refinerías de YPF en La Plata, de Raízen (Shell) en Dock Sud, de Axion (Pan American Energy) en Campana y de Puma Energy (Trafigura) en Bahía Blanca. Además están los polos petroquímicos de Ensenada-La Plata, Dock Sud, Zárate-Campana y Bahía Blanca.
Para Buenos Aires, el valor de ser considerada como una “provincia petrolera” traería aparejado que su sector fabril sea tenido en cuenta y que parte de las inversiones que se destinan para Vaca Muerta terminen en las arcas bonaerenses. Es por ello que el pedido ya generó rechazo en alguna ocasión por otros proveedores de la industria, sobre todo en Neuquén.
Pero las posibilidades no terminan allí. Según una revista especializada, Excelerate Energy y Transportadora de Gas del Sur (TGS) estuvieron desarrollando en los últimos años un piloto para exportar gas licuado, y tanto esa planta como el barco regasificador de Escobar están en Buenos Aires.
Y finalmente, no se debe descartar el apoyo evidenciado hace algunos meses atrás por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, cuando en la presentación del proyecto de Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas hizo un guiño al deseo del mandatario para avanzar con la extracción de petróleo frente a la Costa Atlántica. Indicó que “hay que reglamentar mejor y establecer claramente las condiciones offshore que le van a permitir a Buenos Aires ser una provincia petrolera, que es lo único que le falta”.
Vaca Muerta y sus inversiones son una obsesión para Kicillof y, para acceder, primero debe sentarse en la mesa de las jurisdicciones petroleras, una lucha en la que no baja los brazos y en la que, poco a poco, va sumando apoyos para lograr su objetivo.
“Queremos ser una provincia petrolera que aporte a la industrialización de la Argentina”, sostuvo alguna vez el mandatario.