Aún no puede declarar la víctima

La mujer atacada por el Monstruo de Barrio Norte debía presentarse hoy ante la Fiscalía, pero no lo hará debido a su estado de salud. Nuevos detalles del hecho

Las próximas semanas serán de vital importancia en la causa que se le sigue al Monstruo de Barrio Norte, acusado de haber secuestrado, drogado, golpeado y abusado sexualmente de una mujer de 45 años, a quien engañó ofreciéndole trabajo. Después de realizar su primera declaración ante la Policía días atrás, la víctima deberá presentarse frente al fiscal que instruye el caso para ampliar su versión y tratar de brindar más detalles con el fin de lograr la captura de los otros responsables del hecho, que aún se mantienen prófugos.

Sin embargo, su abogado Rolando Sberna alertó que la damnificada deberá recuperarse, ya que su estado de salud aún no es el mejor como para afrontar esta nueva etapa de declaraciones. Asimismo, se espera que pueda no solo ratificar sus dichos sino también aportar las precisiones que espera la Justicia por el grave incidente que le tocó vivir: “Veremos hasta dónde recuerda, pero hay que tener en cuenta las condiciones en las que la tuvieron encerrada”.

Por su parte, los hermanos de la mujer contaron detalles fundamentales. Uno de ellos, Javier, dijo que la víctima, ya cautiva, llamó por teléfono a su hijo para decirle que estaba bien, pero él “la escuchó muy mal, como que se trababa al hablar. No hablaba como lo hacía su madre y se preocupó. Ahí nos pusimos todos en contacto”. Continuó: “Dimos con el celular del hombre porque la obligó a llamar de ese aparato, del de Néstor Monzón. Se hacía pasar por otro sujeto llamado Juan. A mí me dijo que mi hermana se había ido con el novio, que le había alquilado una pensión de 39 entre 13 y 14 por $100 la noche y que iban a estar tres días ahí. Fui al lugar pero no me atendió nadie. Me comunico de nuevo con Monzón, que para noso­tros aún era Juan, y me dijo que estaba en 13 y 32. Así me fue paseando por casi toda La Plata. Llegué a ese lugar, toqué el timbre del segundo piso, como él me aclaró, pero me atendió una señora que me dijo que estaba cansada de que busquen a ese hombre en ese lugar, porque no vivía ahí”.

“El comisario habló con Monzón”

Prosiguió el relato: “Al día siguiente mi hermano fue con mi madre a la comisaría de Gonnet. Desde ahí hablamos con Monzón, que dijo que a las 17 iba a acompañarnos a buscar a mi hermana, pero no aceptamos, no solo porque no lo conocíamos, sino porque lo estábamos denunciando a él. Mi hermano, que estaba hablando con Monzón, le pasó el teléfono al comisario y le dijo que él sabía dónde estaba ella. O sea, el mismo comisario habló con el imputado. Después Monzón dijo que ella estaba en 15 y 35, drogada y borracha. Fuimos a esa esquina pero nadie había visto nada. Me cansé y lo llamé. ¿Nos estás tomando el pelo?, le pregunté. Me cambió la dirección por 15 y 34 y ahí la vimos, sentada en un quiosco, con una botellita de agua, temblando, toda sucia, ensangrentada y golpeada. Fue un cuadro feo encontrarla así”.

Estando la damnificada en el hospital, le mandaba mensajes, burlándose de ella

Su otro hermano, Cristian, narró que el acusado “le abría la boca a la fuerza con la mano para obligarla a tomar ron con pastillas. Le llenaba la boca y, si escupía, le pegaba”. Manifestó que “no actuó solo Monzón, sino también una señora rubia que no sabemos quién es y Javier, el Gurí”. En cuanto a la salud de la damnificada, aseveró que “cuando llegó al hospital la operaron de urgencia; tenía una gran infección por una lesión en el intestino y tuvieron que reconstruirle la zona genital. Fue muy grave lo que le hicieron. Unas horas más y se moría. Estaba deshidratada, desnutrida, con alto consumo de alcohol y sometida sexualmente. Es un milagro que esté viva”.

Como este medio informó en exclusiva, los hermanos de la mujer confirmaron que Monzón “tiene banca política y de un abogado penalista muy reconocido en La Plata”.

Un pesquisa admitió que “es un hombre violento y conocido por todos. Un tipo de la noche complicado. En todas las comisarías lo conocían y sabían que era un rompehuesos”.

Lo que llamó la atención fue que dentro de su PH de 36 entre 13 y 14, donde vivía hacía mucho tiempo, “tenía una hoja con todos los antecedentes de la víctima”. Javier amplió: “Tenía los datos de mi padre, de mi madre, de ella y los DNI. Es un perverso. A mi hermana la agarró como un trapo de piso y la descartó”.

Por último, Cristian señaló: “Cuando yo hablaba con él, se notaba que estaba loco. Cambiaba la manera de hablar: conmigo de una manera y con el comisario de otra. Cuando mi hermana ya estaba internada, tuvimos que pedir protección a la DDI porque él le mandaba mensajes diciéndole: Hola, ¿cómo estás? Yo libre, jaja, y cosas así. Su hija se asustó y lo llamó para preguntarle quién era. Soy Néstor Monzón, respondió”. 

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