Comenzó el juicio a tres sujetos por presunta venta de drogas y prostitución infantil

Los hechos habrían ocurrido entre 2015 y 2016 en un barrio de Cañuelas. A la madre de una de las supuestas víctimas le quemaron la casa.

El Tribunal Oral en lo Criminal n°5 de La Plata comenzó el juicio a tres hombres acusados por presunta tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y prostitución infantil, delitos ocurridos en un barrio humilde de Cañuelas en noviembre de 2016.

Según la investigación del entonces fiscal Fernando Cartasegna, los hermanos Osvaldo, Javier y Nicolás Contreras, además de Jorge Porciel, usaban juguetes sexuales para que otros hombres sometan a las víctimas menores de edad en viviendas del barrio Municipal.

El 27 de octubre de 2016, la División de Drogas de la Policía Bonaerense allanó seis puntos vinculados a la venta de estupefacientes, además de la casa de Osvaldo Contreras. Allí se encontraron 132 trozos compactos de marihuana, 77 envoltorios de cocaína y cinco balanzas de precisión. También se incautaron un revólver calibre .22, dos chalecos refractarios con la inscripción “Policía”, una camisa y un pantalón similares a los de las Fuerzas de seguridad y 10 celulares.

Casilla quemada

Sumado a eso, el fiscal los señala por prostituir en un rancho emplazado en el lote de su casa al menos a cuatro chicas, con un caso acreditado y otros tres sospechosos. La edad de las víctimas era de entre 10 y 17 años; dos de ellas serían del barrio Municipal y las otras vendrían de zonas aledañas.

De acuerdo con la investigación, los abusos habrían ocurrido durante al menos dos años. Testimonios que obran en el expediente indican que una de ellas recibía 300 pesos diarios por tener sexo con los supuestos clientes de Contreras, que se hacía llamar “Pablo” entre sus vecinos. La denuncia que permitió dar con los implicados fue realizada por la mamá de una de las víctimas.

En su relato, la mujer contó que encontró a su hija (de entonces 12 años) con la ropa interior sucia y marcas en los pechos, y que había ido “a la casa de un tío”, invitada por esta vecina, que le dieron algo para beber y que perdió el conocimiento.

Luego de la acusación recibió amenazas. “Esta noche te quemo el rancho”, le dijeron; en tanto, a la mayor de sus hijas (quien en ese momento tenía 15 años) le llegaban ofertas para prostituirse vía WhatsApp a 1.000 pesos por día.

Lamentablemente cumplieron con lo prometido y quemaron la casilla de madera, con todas las pertenencias de la denunciante y su familia.

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