Detuvieron a un joven por el crimen del ingeniero en un parque de Palermo
Tiene 29 años y se llegó a él gracias a las cámaras de seguridad. La víctima fue asesinada en el marco de un robo, mientras meditaba.
Un joven de 29 años fue aprehendido en las últimas horas en el Barrio 31 de Retiro en el marco de la investigación por el crimen del ingeniero civil Mariano Barbieri (42), asesinado de una puñalada en el corazón el miércoles pasado en los bosques del barrio porteño de Palermo, informaron ayer fuentes policiales.
La detención fue llevada a cabo por personal de la Policía de la Ciudad, que en poder del sospechoso secuestró un gorro y una bufanda de similares características a las del presunto homicida, que se cree quedó filmado pocas antes de lo ocurrido con un grupo de personas en situación de calle en otra plaza cercana al lugar del hecho.
Voceros oficiales informaron que además de esas prendas de vestir, la fisonomía del apresado se condice con la de esa persona, que llevaba puesta un buzo rojo y que quedó registrada en imágenes de las cámaras de seguridad que lo mostraron escapando de dónde se cometió el crimen.
A su vez, personal de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad continuaba anoche con la recolección de pruebas en busca de determinar si este sospechoso es el autor del homicidio, añadieron los portavoces.
El sujeto quedó a disposición del fiscal Nacional en lo Criminal y Correccional 36, Marcelo Munilla Lacasa, y la jueza 8 del mismo fuero, Susana Berna.
Aguardan por las pericias
El principal sospechoso es un hombre de aproximadamente 1.70 metros de altura y en situación de calle. “Está filmado en una ranchada en una plaza cercana horas antes del hecho. Coincide con la descripción que dio el testigo ocular, que también indicó el momento del ataque y su huida, que fue en dirección a la avenida Figueroa Alcorta. Su rostro está difuso ya que las cámaras que lo captan están en altura”, confió a Télam un investigador.
Ese testigo es un vecino que estaba paseando a su perro por el parque y habló de “un hombre de una edad promedio de 30 años y que vestía un buzo colorado, jeans y zapatillas”, detalló la fuente consultada.
En tanto, para los próximos días el fiscal aguarda los resultados genéticos a las manchas hemáticas halladas en el cuchillo tipo tramontina que presuntamente utilizó el atacante para apuñalar a Barbieri.
“Hay huellas dactilares parciales en la hoja del cuchillo”, indicó el pesquisa, aunque aclaró que “es difícil” lograr una identificación en base a la misma.
Por otra parte, el celular marca Motorola que le fue sustraído a la víctima “está apagado”, por lo que no pudo lograrse su geolocalización.
Del testimonio de Maricel, la viuda de Barbieri y madre de su bebé de apenas tres meses, se estableció que el profesional había ido a la plaza Tres de Febrero de Palermo para meditar.
“Estoy entrando al parque para hacer una meditación de la luna llena”, le envió en un audio Barbieri a una amiga de él minutos antes del ataque, del que se cree que fue “por sorpresa” mientras miraba al cielo.
“Hubo una pelea cuerpo a cuerpo, breve, donde pidió ayuda. Esto hace creer que se defendió”, explicó una persona con acceso a la causa.
Sus últimas palabras
Barbieri era ingeniero civil y si bien tenía domicilio en Béccar, partido de San Isidro, momentáneamente estaba distanciado de su pareja y estaba viviendo en la casa de un amigo en Palermo, cerca de donde fue atacado.
El crimen ocurrió alrededor de las 22:45 del miércoles último cuando caminaba por la zona del parque Tres de Febrero cercana al Jardín Japonés.
Tras el ataque, quedó filmado cuando entró a la heladería Cremolatti, situada en la esquina de Del Libertador y Lafinur, mientras se sujetaba la remera por sobre el abdomen para pedir ayuda. “No me quiero morir”, le dijo a los empleados y clientes, tras lo cual se recostó en el suelo.
Al lugar arribó una ambulancia del SAME que lo trasladó al Hospital Fernández, pero por la gravedad de la herida no pudo ser reanimado y falleció.
La autopsia confirmó que Barbieri murió de una sola puñalada que ingresó entre seis y siete centímetros en el tórax y le afectó “la pleura, el pericardio y la aurícula derecha” del corazón.