El asesino de la psicóloga había salido de prisión con domiciliaria por el coronavirus

El mismo se negó a declarar en la causa.

El motochorro acusado de matar a la psicóloga social en el marco de un robo en pleno centro de Ramos Mejía, con 10 causas penales en su contra y quien debería haber estado preso, se negó ayer a declarar y continuará tras las rejas, señalaron voceros oficiales.

Se supo además que el salvaje estaba prófugo tras violar la prisión domiciliaria que le dio en mayo de 2020 la Justicia de Mar del Plata ante el riesgo de que contrajera coronavirus en la cárcel de Batán donde estaba alojado, ya que padece enfermedades preexistentes como Epoc y problemas urinarios.

Alejandro Ochoa (55) purgaba una condena de ocho años y medio por otros dos robos cometidos bajo similar modalidad al que fue víctima María Daglio (55), fallecida el sábado durante un asalto, aunque le permitieron regresar a su domicilio de Castelar.

En octubre volvió a delinquir y, al ser detenido, logró engañar a las autoridades con el nombre de un hermano suyo discapacitado, por lo que lo liberaron hasta que advirtieron la maniobra y lo declararon prófugo.

Desde la Fiscalía General de La Matanza confirmaron los antecedentes penales del malviviente y añadieron que el “departamento técnico-criminológico” de la autoridad penitenciaria en su momento “estimó la conveniencia de que Ochoa (con concepto bueno y conducta ejemplar 10) acceda al régimen de prisión domiciliaria”.

Su captura se produjo anteanoche durante un allanamiento en un domicilio y luego de que tres llamados al 911 alertaran que estaba queriendo deshacerse de la moto empleada en el suceso. Voceros que participaron del operativo dijeron que el sujeto admitió extraoficialmente el hecho y que, en su poder, se hallaron las prendas de vestir que tenía cuando cometió el asalto que derivó en crimen. En tanto, en la finca de un vecino estaba el casco y en otro sitio el ciclomotor.

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