Los ciclistas volvieron a ser el blanco de los delincuentes

Con robos en City Bell, Los Hornos e incluso en el centro de la ciudad, los dueños de bicicletas fueron nuevamente víctimas de la inseguridad.

Luego de una “calma” que se registró en las últimas semanas, otra vez los dueños de bicicletas volvieron a ser víctimas de la delincuencia y el principal objetivo de los ladrones, que se apoderaron de sus rodados ya sea amenazándolos con armas o quitándoselas cuando nadie está vigilando.

En la jornada de ayer tuvieron lugar al menos cuatro hechos en diferentes puntos de la ciudad y localidades de los alrededores, donde desconocidos les robaron a diferentes ciclistas. El primero de los incidentes ocurrió en inmediaciones de Camino General Belgrano y 447, donde un delincuente se apoderó de la bici playera azul de una mujer cuando la dejó estacionada en la puerta de una panadería.

“Me da impotencia porque los que trabajamos todo el día para tener las cosas siempre la tenemos más difícil y terminamos agradeciendo que no nos peguen o nos maten”, dijo la damnificada, quien indignada agregó: “Llamé a la Policía y nunca aparecieron, así que así estamos”. Asimismo, aseguró que dos vecinos que estaban por allí fueron los que salieron en su ayuda al notar la situación.

Por su parte, en horas del mediodía un joven también fue víctima de un hecho de similares características en pleno centro de la ciudad, más precisamente en la zona de 5 y 49. Allí, delincuentes le quitaron su Raleigh Mojave 4.5 Rodado 29, la cual estaba atada a un poste de luz.

Por su parte, a muy pocas cuadras de ese lugar, en inmediaciones de 12 y 47, desconocidos le robaron la bicicleta a un muchacho que también la había dejado encadenada a un alumbrado público.

Finalmente, una joven fue abordada por delincuentes en la zona de 60 y 143, cuando dos sujetos la obligaron a que les entregara su rodado. Afortunadamente no sufrió lesiones de ningún tipo, pero la imagen de su bici alejándose siendo llevada por dos ladrones fue más que suficiente para despertar su indignación: “Seguro después la venden por Facebook”, dijo casi resignada la víctima.

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