Otro brutal ataque a una jubilada durante una entradera

Luego del crimen de un hombre de 72 años, que murió después de dos meses internado a causa de varias puñaladas en medio de un robo, ahora se conoció otro caso en San Carlos.

El brutal crimen de Marcelo Cerisola todavía deja impactados a los habitantes de la región, pero, tras el asesinato del jubilado de 72 años, ahora se conoció otro caso de violencia extrema hacia una persona de la tercera edad que tuvo lugar en la localidad de San Carlos.

Según trascendió, la víctima de este último episodio fue una jubilada de 82 años, domiciliada en el barrio La Granja. Allí, la damnificada fue blanco de un feroz ataque en una casa de 520 y 141, cuando fue abordada por tres delincuentes.

Los maleantes la sometieron a una paliza y terminaron escapando con 40.000 pesos en efectivo y dos televisores. Testigos indicaron que el calvario duró un total de tres horas y que la jubilada terminó con varios moretones en el rostro, por lo que debió recibir atención médica después del hecho.

Cabe mencionar que la damnificada había sido atada de pies y manos y que, incluso en algunos momentos, la asfixiaron con una almohada a modo de tortura para que les indicara dónde guardaba su dinero, por lo que, tras liberarse de sus ataduras, pudo pedir ayuda y fue así como llegó la Policía.

Este hecho recuerda lo sucedido con Cerisola, otro jubilado que también fue víctima de un despiadado episodio de inseguridad, el cual derivó en su fallecimiento. El hecho que desencadenó su muerte tuvo lugar el pasado 11 de enero, cuando el damnificado se encontraba junto a su esposa en su hogar y escucharon ruidos sospechosos.

Al ir a inspeccionar, se encontraron con dos desconocidos con los rostros cubiertos, los cuales no dudaron en abalanzarse sobre ellos. De manera brutal, uno de los delincuentes atacó a cuchillazos al hombre, hiriéndolo en varias partes del cuerpo y causándole serias lesiones.

Otro robo a pocos metros

Por otro lado, en San Carlos, también hubo un escruche en la zona de 49 y 154, lugar donde vive un taxista, en donde desconocidos ingresaron a una casa después de forzar la reja de una ventana.

Los cacos aprovecharon que no había nadie en la propiedad y se hicieron con todos los elementos de valor que encontraron en su paso, al igual que una suma de dinero en efectivo cuyo monto no se informó.

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