Uno de los “hermanos Macana” sufrió una paliza tras meterse en una casa

Ingresó a una vivienda de La Plata, pero fue molido a trompadas por uno de los dueños. Luego recuperó la libertad porque es menor de edad.

Ante los reiterados y recurrentes casos de inseguridad, son los mismos vecinos los que salen a actuar, arriesgando sus propias vidas.

En ese sentido, en las últimas horas una familia local vivió un momento de verdadero terror cuando un delincuente ingresó en su domicilio con el único afán de cometer un ilícito. Voceros oficiales le contaron a Trama Urbana que un solitario malhechor se acercó hasta una propiedad ubicada en la calle 3, entre 66 y 67, durante la madrugada del sábado, mientras los dueños dormían.

Uno de los propietarios, un joven de 22 años, se despertó alrededor de las 5 para ir al baño a hacer sus necesidades cuando vio en la cocina a un intruso, que al parecer había ganado el interior saltando tapiales.

De inmediato, el joven se le abalanzó y comenzó a gritar para alertar a sus padres, que se encontraban descansado. A su vez, pretendió comunicarse con el servicio de emergencias 911 mediante su teléfono celular, pero pronto descubrió que no lo tenía, ya que el caco se lo había adueñado.

Elementos incautados

Ante eso, enojado por la situación, comenzó a propinarle una gran cantidad de trompadas al malhechor hasta que llegó el padre y lo separó antes de que la situación pasara a mayores. Después recuperó el celular, llamó al 911, y le dio intervención a los agentes de la fuerza.

Numerarios de la comisaría de la jurisdicción se hicieron presentes y se llevaron arrestado al implicado, a quien luego identificaron como uno de los “hermanos Macana”, de 15 años, quienes poseen innumerables ingresos a las seccionales platenses por múltiples delitos.

En su poder tenía los elementos que había sustraído del lugar, que fueron incautados. Se trataba de celulares y dinero en efectivo.

Si bien se le abrió una nueva causa penal por el delito de “robo en grado de tentativa y violación de domicilio”, fue entregado luego al Servicio de Niñez y Adolescencia, debido a su minoría de edad.

Los dueños del lugar se mostraron visiblemente preocupados por el hecho y aseguraron que, si no hubiese sido por la valentía de su hijo, el delincuente se hubiese escapado y “nadie se enteraba”.

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