Villa Elvira: debido a feroz robo, una agente penitenciaria golpeó su cabeza contra el piso

Una penitenciaria de 52 años sufrió un salvaje robo en Villa Elvira, cuando fue abordada por dos motochorros que la tiraron al piso y provocaron que golpeara la cabeza contra el asfalto, señalaron voceros oficiales.

Si bien el hecho se dio a conocer ayer, tuvo lugar a las 5.30 de la madrugada del jueves, cuando la víctima, agente del Servicio Penitenciario Bonaerense, se encontraba esperando el micro para ir a trabajar en la esquina de 12 bis y 84.

Entonces aparecieron dos sujetos a bordo de un ciclomotor. Se detuvieron delante de ella y el acompañante bajó y la amenazó. Comenzaron a forcejear y así el hampón se adueñó de la mochila de la damnificada, quien terminó cayendo y estrellando la cabeza contra el suelo. Dentro del bolso, la mujer tenía un celular, una billetera con dinero, el uniforme reglamentario y documentación.

Con el botín asegurado, los malvivientes huyeron y hasta el momento, y pese a la cantidad de días transcurridos, todavía no fueron localizados. Para eso, los agentes de la comisaría Octava, con jurisdicción en la zona, analizan las cámaras de seguridad de las inmediaciones para ver si en alguna quedó registrado el violento atraco.

Por su parte, la penitenciaria fue auxiliada en primer término en el lugar y luego acudió por sus propios medios hasta un centro médico, donde fue asistida y se estableció que, afortunadamente, su vida no corre peligro. Se abrió una causa penal por el delito de “robo”.

Otro atraco, pero en City Bell

En tanto, sujetos desconocidos se apoderaron de una moto durante la madrugada de este domingo 22 de mayo. Huyeron y hasta el cierre de esta edición nada se sabía de ellos.

El ilícito se materializó en las calles 26 y 474 de City Bell, uno de los sitios más castigados en los últimos meses.

De hecho, los vecinos de la otrora tranquila localidad sentenciaron lo siguiente: “Esto es tierra de nadie y los robos son moneda corriente. La impunidad está a la orden del día lamentablemente. Pasan los comisarios pero los ladrones siguen libres, mientras que los que tenemos que encerrarnos somos nosotros, y ni siquiera así nos salvamos”.