Elecciones 2015
Quilmes: impactante triunfo de Martiniano Molina
El mediático cocinero derrotó al alcalde “Barba” Gutiérrez, causando una de las más grandes sorpresas de la jornada electoral
E una de las grandes sorpresas del domingo, Martiniano Molina, candidato a intendente de Quilmes por Cambiemos, le arrebató el mando local al histórico líder de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) y alcalde K, Francisco “Barba” Gutiérrez.
Con el 93,09% de las mesas escrutadas, Molina se impone con 44,62%, dejando atrás al hombre del Frente para la Victoria (FpV) que conseguía el 32,18% de los sufragios. Muy detrás quedaba el edil y candidato de UNA (Una Nueva Alternativa), en el distrito, el periodista deportivo Walter Queijeiro, que lograba el 17,25% de las adhesiones. Siguiendo con los números que dejó el resultado electoral, en el tramo provincial el ex motonauta y candidato del FpV cosechó el 41,28% de los votos, seguido de cerca por el jefe de gobierno porteño que consiguió el 31,43%, y en tercer lugar Sergio Massa con el 20,01%. En el tramo provincial Aníbal “La Morsa” Fernández en su terruño, logró el 37,13%, detrás de María Eugenia Vidal que logró el 40,07%, y Felipe Solá el 17,05%.
Particular elección la del massismo, que hace dos años atrás se imponía con comodidad en el distrito de la mano de Queijeiro, pero que la falta de capacidad política de su armado lo dejó sin nada en este 2015. De esta manera, Molina llega al mando de una ciudad en la cual deberá solucionar los enormes déficits de gestión dejados por Gutiérrez, y que son urgentes para la sociedad quilmeña. En síntesis, uno de los distritos más pobres de la Argentina, donde sobran necesidades básicas insatisfechas, y falta mucha tarea para solucionar dichas falencias.
Locos festejos en las calles
Tras los primeros cómputos que daban por sentado el triunfo del líder de Cambiemos en la ciudad, miles de seguidores del ex conductor de “Cocineros Argentinos” que se emite por la TV Pública, se lanzaron a las calles quilmeñas a desatar un festejo atronador, que dejó por sentada el espíritu de cambio que la sociedad estaba dispuesta a dar en estas elecciones y que se plaasmó con su voto en las urnas. Fuegos artificiales, música, bailes en distintas arterias del distrito, y coches iniciando grandes caravamas por el centro quilmeño, dieron un marco colorido a una fiesta de la democracia que no se vio teñida por ningún tipo de incidentes, y que motivaron la alegría popular por un cambio que se esperaba y que finamente se dio.
Gutiérrez quedó sumergido en un largo silencio, no dando las explicaciones de su derrota, lo que lo lleva a padecer un período de autocrítica para ver qué es lo que hizo mal en un distrito jaqueado por la inseguridad, la pobreza y la miseria.