De Avellaneda a La Plata no hay grandes distancias

Ya está, en once días arranca la nueva Copa de la Liga Profesional de Fútbol Argentino y, en la cuenta regresiva al retorno oficial, Estudiantes sigue buscando su mejor versión después de haber cambiado prácticamente toda la defensa.
El sábado, el equipo de Chavo Desábato sumó una nueva victoria en condición de local amparado en la eficacia de dos uruguayos: García y Cauteruccio.

El primero viene pidiendo pista y ha generado una variante por demás interesante en la parte final de la preparación.
En el contexto de otro amistoso a puertas cerradas, el equipo consiguió ante Arsenal (equipo de Sarandí, partido de Avellaneda), un resultado que le permite sumar confianza más que otra cosa.

Cauteruccio definió de penal y García aportó la cuota de definición que hasta el momento no pudo tener Lucas Rodríguez o Leandro Díaz en los amistosos previos.

Estudiantes, que jugará en el mismo grupo de Argentinos Juniors, San Lorenzo y Aldosivi, deberá viajar a Mar del Plata a fin de mes y su cuerpo técnico asume que el campeonato será tan parejo como los amistosos que se vienen jugando. Y las distancias entre los equipos serán tan cortas como de Avellaneda a La Plata.

En la cuenta regresiva del inicio de campeonato, puertas para adentro reconocen la paridad del nivel en el fútbol argentino y asumen que un mínimo error en la fase de grupos puede hacer peligrar la clasificación. Una de las claves, entonces, pasará por anotar en los momentos justos.

Hasta aquí, Leandro Díaz fue de mayor a menor, porque llegó para ser titular pero perdió terreno tras haberse infectado con coronavirus y encima tener a Cauteruccio marcando en los últimos partidos de preparación ante Huracán y Arsenal. ¿Cuál sería el argumento del entrenador para sacarlo del equipo si el torneo arrancase mañana?

A once días del inicio del campeonato, las distancias también entre los jugadores del plantel son tan cortas como las de La Plata y Avellaneda, y a esta altura del mes de octubre nadie puede confirmarse, relajarse o proyectar, ya que hay poco tiempo y todavía quedan muchas cosas por ajustar.