Por Daniel “Profe” Córdoba

¿Dónde habrá quedado la famosa “escuela rosarina del fútbol”?

El análisis de la victoria del Lobo ante la Lepra en Santa Fe, por el "Profe" Córdoba.

En otros tiempos, Newell’s o Rosario Central llenaban las canchas argentinas de buenos jugadores.

El domingo los Canallas y ayer al atardecer en el Bosque la Lepra demostraron una pobreza individual y colectiva alarmante y exasperante.

Gimnasia, que siempre quiso intentar una buena circulación de balón, solo con eso mereció más en el primer tiempo.

La justicia apareció a los cinco minutos de la segunda parte. Matías Pérez García ejecutó rápido un tiro libre, Ramírez se la dio a Carbonero, este apiló a dos jugadores y de forma insólita empujó el balón al gol. Y valió, porque Gimnasia logró ponerse 1 a 0 arriba.

Después, con un contragolpe de Weigandt, Cocimano terminó errando la definición. Era lo que tenía que ser y no fue: el 2 a 0.

A esa altura, el arquero de Newell’s Aguerre ya era la figura del partido. Y eso lo dice todo.

El Lobo siguió yendo y Weigandt arrancó por la derecha, hizo una pared con Cocimano, disparó al arco muy tapado y del rebote Pérez García puso el partido 2 a 0.

Gimnasia demostró que sabe a qué juega. Arriesga, pero sabe cuál es la idea. Arrancó el partido con tres zagueros (Morales-Coronel-Guiffrey) y Ayala de 5 tapón. Dos internos que son enlaces (por derecha Alemán y por izquierda Pérez García), más un punta abierto por izquierda como Carbonero. Y también un casi centro delantero (Ramírez). Jugó mejor el segundo tiempo que el primero. Podría haber goleado. Erró mucho y por eso sufrió. Ganó y está muy bien.

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