El Río de la esperanza

A 24 horas de la final ante Brasil en el estadio Maracaná, diario Hoy llegó a las playas de Río de Janeiro para palpitar el partido histórico.

Brasil - Enviado Especial

Con la esperanza como bandera y el corazón pintado de celeste y blanco. Mañana se dará una final única. Como nunca sucedió, Brasil y Argentina se enfrentarán en un partido definitorio para quedarse con la Copa América en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.

Diario Hoy, como a lo largo de todo el certamen continental, ya llegó a Río de Janeiro para estar junto a la Selección Argentina. Respetando la cábala y marcando el camino en las playas brasileñas, donde ya palpitan la final de mañana.

En la previa, el semblante en la delegación Argentina es bueno. “Tenemos que dar el golpe”, afirmó Messi, el abanderado de este equipo. De visitante, en tierras brasileñas y con el rival de toda la vida.

Es el clásico más grande de Suda­mérica, ya tiene más de 100 años: desde el 3-0 de la Albiceleste en el primer enfrentamiento oficial entre ambos, disputado en GEBA el 20 de septiembre de 1914, hasta hoy, los dos seleccionados más importantes del continente cultivaron una rivalidad creciente, que ya superó el centenar de partidos. Y que volverá a reeditarse en una nueva final de Copa América entre ambos, nada menos que en el estadio Maracaná de Río.

A lo largo de la historia, el dominio en el historial siempre había sido de Argentina. Sin embargo, en los últimos 20 años la Verdeamarela revirtió por completo la tendencia: desde 1999 hasta la fecha se disputaron 25 clásicos y el Scratch ganó 13, más de la mitad (contra 8 de su rival y 4 empates).

En total Brasil lleva 39 triunfos, mientras que Argentina acumula 38 y se registraron 25 empates. La paridad también se puede ver en cuanto a los goles anotados: 155 de la Verdeamarela y 153 de la Albiceleste.

Así, en una final que se presentará por demás compleja, la Selección Argentina va por otro maracanazo, como el de Uruguay en 1950 en la final del mundo frente a Brasil.

Hay material, hay ilusión y tenemos al mejor del mundo. Mañana, “con una mano de Dios”, cueste lo que cueste, Argentina.

Noticias Relacionadas