Estudiantes adentro y Domínguez al borde del adiós
El Pincha avanzó a los playoffs gracias a los tropiezos ajenos, pero la continuidad de Eduardo Domínguez pende de un hilo tras una conferencia explosiva y una relación desgastada con la dirigencia. Se le viene Central en Rosario, pero en medio de incertidumbre.
Estudiantes respiró por la ventana más angosta posible. Clasificó a los playoffs del Torneo Clausura, sí, pero sin festejo, sin autoridad y sin depender de sí mismo. El Pincha quedó noveno tras caer ante Argentinos, pero la matemática le dio una vida extra: Belgrano no ganó, Defensa y Justicia cayó en Varela y Huracán empató con Barracas en un partido cargado de polémicas arbitrales. Un combo perfecto… para un equipo que hace rato dejó de depender de su propio peso futbolístico.
Sin embargo, la discusión en UNO no pasa por la clasificación: pasa por Eduardo Domínguez. El entrenador quedó más afuera que adentro. Su ciclo, según admiten desde City Bell, está prácticamente terminado. “Es solo cuestión de fechas”, repiten quienes conocen el clima interno. El detonante ya ocurrió: la conferencia del domingo, donde el DT expuso un quiebre que venía acumulando hace meses.
Domínguez dinamitó la sala de prensa con frases que cayeron pésimo en la cúpula dirigencial: “Hay que ver lo que quiere el club, no depende de uno, nunca depende de uno”, lanzó.
Y fue por más: “Me dijeron que tenía que seguir cinco años y a los dos meses me querían cortar la cabeza. Ustedes saben lo que pasó y miran mucho para otro lado”, remarcó, dejando entrever tensiones profundas con Juan Sebastián Verón y su mesa chica.
Para muchos, esa conferencia fue un adiós disfrazado de catarsis. Adentro del club la frase se repite: “La conferencia fue el presagio”. Los dirigentes sintieron que el entrenador cruzó un límite. La relación ya venía desgastada por la pelea con los arbitrajes, los mercados de pases discutidos, la irregularidad del equipo y un vínculo cada vez más áspero con el presidente.
La reunión del domingo a la noche entre Domínguez y Marcos Angeleri terminó de encender las alarmas. Según relataron testigos, el DT llegó golpeado y sin intención de sostener un discurso político. La respuesta dirigencial también fue clara: la decisión está prácticamente tomada. Sólo resta definir el momento del anuncio.
El único escenario en el que Domínguez iba a dirigir un partido más era si Estudiantes enfrentaba a Rosario Central en los octavos de final. De lo contrario, su salida iba a ser inmediata. El plantel volverá a entrenarse hoy, con la clasificación consumada, pero sin tener la certeza de quién llevará las riendas en lo que viene.
El Pincha está adentro. Pero no por mérito propio. Y Domínguez, aunque siga formalmente en el cargo, ya prácticamente está afuera. Un final anunciado para un ciclo que se desgastó a la vista de todos.
