Estudiantes ajusta piezas para un clásico que puede cambiarlo todo

El Pincha volvió a los entrenamientos este martes por la tarde en City Bell pensando en la semifinal del Clausura ante Gimnasia. Eduardo Domínguez mantiene dudas clave en la delantera y evalúa variantes para un duelo que paraliza a toda La Plata.

El clásico platense vuelve a escena y esta vez con un condimento que lo hace todavía más eléctrico: la semifinal del Torneo Clausura en el Bosque. Estudiantes retomó los trabajos este martes a las 17 en el Mariano Mangano, ya enfocado de lleno en un partido que puede marcar el rumbo del semestre. Después del triunfazo en Santiago del Estero, el plantel se reencontró con la mira fija en Gimnasia y bajo un clima donde cada detalle cuenta.

La gran incógnita de Eduardo Domínguez pasa por la ofensiva. El Barba sabe que el partido se va a jugar con dientes apretados, en un ambiente cargado y con una intensidad que no perdona errores. Por eso, definir quién será el nueve es la decisión que hoy le quita el sueño. Facundo Farías llega con rodaje: fue titular en los últimos dos encuentros y cumplió sin desentonar. No brilló, pero mostró movilidad, presión y algo de rebeldía para atacar espacios, factores que Domínguez valora enormemente en este tipo de partidos. Por ahora, el ex-Colón parece picar en punta.

Pero el nombre de Lucas Alario siempre está ahí, latiendo. Su juego aéreo y su capacidad para aguantar de espaldas son virtudes que seducen para un clásico cerrado en el Zerillo. El problema es el ritmo futbolístico: el delantero todavía no está en plenitud y el cuerpo técnico lo sabe. ¿Alcanzará con su jerarquía para inclinar la balanza? Esa es la pregunta interna.

A la par, la vuelta de Mikel Amondarain aparece como una carta estratégica que abre otra alternativa: un frente de ataque rápido, vertical y punzante. Edwuin Cetré, Cristian Medina y Tiago Palacios podrían conformar un tridente dinámico que presione alto y castigue a una defensa que suele sufrir a campo abierto. Una idea que seduce, aunque todavía necesita pruebas en la semana.

Y mientras se ajustan variantes, surge un capítulo aparte: Guido Carrillo. La dirigencia albirroja trabaja contrarreloj para intentar que el Tribunal de Disciplina le reduzca la última fecha de suspensión. La gestión se realiza este mismo martes, pero puertas adentro nadie se anima a ilusionarse demasiado: parece difícil que prospere. Si se habilita, Carrillo entraría de lleno en la discusión del 11. Si no, habrá que esperar.

Con el Bosque esperando, la ciudad latiendo fuerte y una semifinal en juego, Estudiantes entra en días decisivos. Domínguez mueve piezas, analiza, ajusta y observa cada gesto. Porque en un clásico así, el margen es mínimo… y el impacto, enorme.

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