Orfila hizo todo mal y Gimnasia quedó a un paso del precipicio

Perdió 3 a 0 de local contra Rosario Central y sigue bajando posiciones en la tabla anual y en la de los promedios. El entrenador uruguayo sorprendió con una formación que no había ensayado en la previa y el equipo sintió los dos días de descanso que les dio el fin de semana pasado.

Con decisiones de Orfila que desorientaron a propios y extraños un desconocido Gimnasia perdió 3 a 0 contra Rosario Central en el Bosque y quedó a un paso del precipicio.

El equipo de Di María jugó “angelado” y no le tuvo piedad a un Lobo que sufrió todo el primer tiempo y se acordó muy tarde de reaccionar.

Durante la semana, el cuerpo técnico del uruguayo había probado con un mediocampo que luego no terminó utilizando y las consecuencias estuvieron a la vista: apenas se había jugado un minuto cuando Seoane dio un pase corto hacia atrás y Di María casi termina definiendo ante el achique de insfrán.

El Lobo no llegó ni a acomodarse cuando en la jugada siguiente llegó un baldazo de agua fría que sorprendió hasta los más remolones hinchas que estaban llegando sobre la hora al partido y se iban enterando de un pase de Di María a Campaz, un centro rasante al primer palo y una marca a destiempo de Giampaoli a Véliz que definió casi abajo del arco. Para colmo en la jugada se terminó lesionando el central del Lobo y antes de los tres minutos el equipo perdía 1 a 0 y se quedaba sin uno de sus marcadores teniendo que gastar un cambio por lesión.

En la cancha se generó una atmósfera de humedad pesada que se trasladó al campo de juego con insultos y reproches para los jugadores y los dirigentes cuando ni siquiera se habían jugado 20 minutos del primer tiempo y con ese clima se agrandó Central que llegaba por derecha y por izquierda.

Campaz, Malcorra y Di María fueron una pesadilla para un mediocampo de Gimnasia cuyos jugadores no habían jugado juntos antes en lo que va del campeonato: Garayalde, Seoane y Di Biasi hicieron agua en la marca y encima el juvenil Corbalán no brindó las garantías que suele tener Pintado en el lateral derecho.

Demasiados cambios que generaron más confusión que soluciones para un equipo que apenas en la parte final del primer tiempo pudo adelantarse unos metros y buscar el arco que defendía Fatura Broun.

Para colmo de males, en el segundo tiempo se fue expulsado Corbalán y contra viento y marea el equipo sacó a relucir un amor propio que le duró hasta los últimos minutos.

El ingreso desde el banco de Merlo le dio a Gimnasia hasta un gol que le anularon de forma dudosa por un supuesto empujón dentro del área, pero ya en desventaja quedó mal parado y tanto Giménez como Di María liquidaron el pleito en el final.

Di María fue un ejemplo

Una de las pocas cosas positivas que se llevó el sábado el hincha de Gimnasia del estadio del Bosque fue la conducta y el ejemplo de Ángel Di María.

El delantero campeón del mundo con la Selección fue ovacionado incluso antes de salir a la cancha cuando anunciaron la formación de Rosario Central por los altoparlantes, pero ya en el partido lo aplaudían cuando iba a patear un corner, o hasta cuando marcó el tercer gol de su equipo, el cual apenas celebró por respeto al momento que está atravesando el Lobo.

El Fideo recibió el cariño de los hinchas platenses y se llevó una gratísima impresión de su primera visita al estadio del Gimnasia, el cual nunca antes había pisado para jugar en su anterior paso por el Canalla, ya que el Lobo hacía de local en el Estadio Único.

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