entrevista
Ángelo Mutti Spinetta: “Tuve que empaparme de la oscuridad del personaje”
El joven actor vuelve al cine con un rol intenso en el que demuestra su crecimiento interpretativo.
La llegada del hijo ya está en los cines con una gran actuación de Ángelo Mutti Spinetta, quien vuelve al cine, tras un impasse en donde también se ha revelado como músico. Hablamos con él sobre el rol y su construcción del personaje.
—¿Cómo te sentís con que finalmente se muestra la película acá? Un papel difícil, duro, exigente…
—Contento, contento que se pueda estrenar en las salas, de la repercusión que se está generando, que llegue básicamente me gusta, que llegue a puerto.
—En el último tiempo te está convocando el audiovisual para personajes que requieren mucha composición, Barrabrava, ahora en la llegada del hijo. ¿Cómo estás viviendo estas propuestas que te llegan también y eligiendo vos también este camino?
—Se dan, siento que me tenían que llegar estos personajes y me siento feliz de que me lleguen propuestas interesantes, de personajes distintos y hace apasionarme hasta un poco más, igual siento que todos los personajes pueden ser llevados para lugares interesantes dentro de todo, como un personaje que parece que no es nada y de repente un secundario termina siendo hasta más o tan importante como los primarios.
—Pero hay un contraste por lo que uno también ve, o sea, toda tu expresividad que va por otro lado, que tiene que ver con el hacia afuera y que estos personajes son como muy cerrados, muy retraídos. También ahí debe haber una complicación por ahí para hacer algo completamente diferente a vos…
-Sí, hay algo de la introspección de mi naturaleza, creo, mi personalidad es introspectiva y eso le despertará algo también a quienes me eligen para estas historias, cierta relación con los personajes que tienen en mente y creo que se da naturalmente.
—¿Cómo fue un poco componer este personaje que tiene toda una historia detrás y hay veces con una mirada sola vos tenés que contar todo ese dolor, todo eso que viene atravesando?
—Fue intenso, fue tuve que empaparme de la oscuridad del personaje y a la vez no queríamos llevarlo para el lugar fácil entre comillas de psicópata, o de es un tipo malo. Queríamos que esté también esa dualidad, que también podía llegar a tener dos dedos de frente también y por qué hizo esto. Entonces estuve laburando bastante con la contradicción, y también la línea temporal movida, hubo ahí un laburo de la voz del él, de la forma en la que se movía el personaje y de la dulzura también el personaje cuando es más chico, que tiene un tono de voz un poco más amable y después es más duro. Fue un laburo muy intenso, te digo la verdad.
—Pero hasta físicamente se te ve distinto ahí, parado de otra manera…
—Sí, también, por eso. Hay algo más flojito en la edad más chica, el pelo y después hay una dureza que después uno entiende muchas cosas.
—Es una película que te va dando como motivos o algunas señales y después uno termina de construir todo ese rompecabezas de por qué están estos dos personajes, esta madre e hijo, en el lugar que están, hay algo del que debe ser difícil, entender esa distancia entre ellos, pero bueno, después uno va reconstruyendo todo.
—Sí, es interesante cómo fueron armando el guión, cómo cuentan la historia, creo que hay un laburo copado de las directoras que va y viene y te van cayendo fichas. No sé, siento que lo lograron.
—¿Y cómo fue un poco el trabajo con ellas? ¿Es la primera vez que te toca trabajar dirigido por mujeres?
—Creo que sí, sí, fue la primera vez y la primera vez que me dirigieron dos directores. El laburo estuvo interesante. Había momentos que capaz me dirigía una más que otra, me da una indicación una de ellas, Ceci o Vale, y después para el otro la otra toma viene otra, hasta que hubo un momento que me quedé con una de ellas porque me llegaba mejor de alguna forma lo que me querían transmitir.
