“Buenos Aires, que es donde vivimos, ofrece una multiplicidad cultural enorme”

En el 2013, Rocío Sanjurjo Ábalos y Darío Barozzi aunaron sus fuerzas para conformar un dueto que hoy los tiene sobre los escenarios.

Así trabajaron en un disco con melodías de Luis Alberto Spinetta. Siguiendo este camino, pero construyendo también los personales, los artistas comenzaron a indagar otros géneros, para abocarse a la música popular latinoamericana, que es tan rica y diversa.

Por otro lado, también compusieron sus letras y prosas para poder construir canciones a dúo. Tiempo después lanzaron un material propio que se llamó Anidar, que están promocionando. Entre las obras hay temas de su autoría, otras reversiones y estilos de música popular.

En diálogo con este multimedio, el dúo reflexiona sobre la carrera, la producción del disco Anidar, la promoción del mismo en una gira federal y la actualidad en el arte, donde también dan talleres de instrumentos.

—¿Qué materiales están presentando? ¿Cuál es la génesis de la discografía que se encuentran promocionando?

—Estamos presentando nuestro disco titulado Anidar, donde nucleamos un poco el bagaje personal de cada uno, recorriendo distintos géneros y estilos de música argentina desde la estructura fundamental del mismo, esto es, bombo guitarra y voz. Anidar significa un poco eso, habitar con lo que cada uno encuentra y lleva consigo, en este caso en torno a una búsqueda estética musical.

—¿Cuál es su idiosincrasia? ¿Qué detalles inherentes existen en la producción?

—Para empezar hay un aspecto que es que uno está situado en cierta idiosincrasia. El ser argentino, tocar música folklórica, tango, dar clases en una universidad, etcétera. Es decir, todo eso forma parte de una idiosincrasia. Pero, por otro lado, no ubicaría una idiosincrasia particular como algo cerrado. Lo cultural, el quehacer artístico y lo folclórico tiene más que ver con el movimiento que con una cuestión definida. Como el río, que siempre está ahí en su cauce pero nunca es el mismo. Buenos Aires, que es donde vivimos, ofrece una multiplicidad cultural enorme. Esa posibilidad, en sí misma, ya es un terreno que genera diálogo y movimiento.

—¿Qué sensaciones tuvieron al momento de llevarlo a cabo? ¿Cuáles son las inspiraciones que los rodearon en esos momentos?

—Es gratificante dar luz a un material con el que uno está contento. Desde ya que esto supone mucho trabajo, pero cuando el resultado es satisfactorio y muy cercano a lo que uno buscaba, es como que ahí se cierra el círculo. Después es presentarlo en vivo y probar ese material en distintos lugares, con invitados y de diferentes maneras.

—¿Qué expectativas tienen sobre la gira federal?

—La consigna es dar lo mejor posible en cuanto a calidad y sensatez artística. Poder sonar como uno quiere o más bien dar lo mejor de uno para que eso se transmita y ocurra. Lo que suceda de ahí en más depende de muchos factores. Lo importante es generar un vínculo, un canal con el público de comunicación en ese tiempo y espacio determinado.