Guido Morán: “Necesitaba tener voz propia”

Durante una charla íntima con este multimedio, el cantante y director reflexionó sobre su incursión como solista y presentó Random boy, el adelanto del segundo disco que presentará a la inmediatez.

Formado como músico, bailarín y director artístico, Guido Morán supo crecer profesionalmente entre grandes como Ángel Mahler y Pepe Cibrián.

En la actualidad, se encuentra presentando los adelantos de lo que será su segundo trabajo discográfico titulado República del karma, donde sus hits hablan de las diferencias, de la aceptación y el respeto hacia la diversidad.

En relación al corte promocional del álbum, reflexiona: “Hay sonidos del Medio Oriente, latinos, mezclados con bases urbanas y electrónicas, además de una letra que guía el relato. Esto hace que quienes escuchen Random boy se encuentren con una experiencia súper visual, es como un viaje de empoderamiento que dura 3.15 minutos”.

Asimismo, expresa los sentimientos hacia otros éxitos de referencia a la hora de visibilizar su arte: “Los himnos siempre han tenido como finalidad unir voces en pos de un sentimiento y un pensamiento. Siempre que escucho un himno, sus sonidos y melodías me hacen sentir valiente, poderoso, nos recuerdan también el camino recorrido, las batallas perdidas y ganadas, y siempre son un grito en valor de la libertad, esperanza y fe en lo que sigue”.

Durante una entrevista con este multimedio, el artista recorrió su carrera y detalló todos los proyectos que se trae entre manos.

—¿Bajo qué circunstancias te adentrás en el arte?

—Desde muy chico siempre tuve interés por convertirme algún día en un artista. En mi casa se escuchaba muchísima y variada música; desde Nirvana, Queen, Vox Dei, Guns N’ Roses, hasta Ricky Martin, Chayanne, Britney Spears, Soledad Pastorutti. La variedad de géneros y artistas era enorme, pero ninguno de mi familia se dedicó nunca profesionalmente a lo artístico. A los quince años tuve la posibilidad de audicionar para una obra de teatro musical de Pepe Cibrián y Ángel Mahler y quedé seleccionado.

Ahí comenzó mi camino profesional junto a estos grandes maestros, realicé más de 5 obras en calle corrientes, giras nacionales. Luego me dediqué también a escribir musicales, dirigirlos, producirlos, montarlos, así que podría decirse que desde muy temprana edad la influencia del teatro musical marcó mi camino artístico y mi formación. Mi proyecto musical propio comenzó cuando descubrí que podía llevar todo ese conocimiento y camino realizado a lo que en un principio deseaba hacer: mi proyecto solista como artista musical. Ya el interpretar un personaje teatral no me bastaba, necesitaba tener voz propia. Desde allí surge este proyecto.

—Estás trabajando en el lanzamiento de tu segundo disco, presentaste un adelanto y ahora vas por más, ¿cómo se da este recorrido?

—Actualmente acabo de lanzar Random boy, el segundo single anticipo de un álbum en ­construcción denominado República del karma. El mismo será un álbum conceptual que contará una historia distópica a lo largo de todos los temas. Pretende ser una gran metáfora sobre la vida misma, desde que nacemos, rompemos mandatos, desconstruimos la mirada social sobre nosotros mismos para crear una mirada personal e intentar ir en busca de la anhelada felicidad.

—¿Cuáles son los mensajes implícitos (o no) detrás del arte que llevás a cabo?

—El proyecto tocará temas como la diversidad, la deconstrucción de la mirada social, entre otros. Por otra parte, plantea una serie de preguntas tales como ¿el destino se crea en base a decisiones? ¿Es imposible torcer, como una condena inevitable? También incluye otras en relación a la sociedad que creamos, la desigualdad, el compromiso por lograr ser parte del que queremos realizar, el mundo en el que nos gustaría vivir, entre otros.

—¿En qué otros proyectos estás inmerso?

—Actualmente, todas mis energías y tiempo están puestos en este proyecto.

—¿Cuál es la visión de la escena actual que considerás?

—Creo que estamos en un momento donde las nuevas generaciones de músicos y artistas argentinos están tomando relevancia a nivel mundial, lo vemos todas las semanas con artistas que logran entrar en los charts globales. Creo también que las redes sociales y las plataformas han democratizado mucho la posibilidad de mostrar el contenido de los artistas y eso hace que cada vez muchos más tengan voz. Por otro lado también me gustaría ver más colaboración entre artistas y que no sea solo una cuestión de castas artísticas que no se abren a otros.

Me parece clave comenzar a colaborar más entre géneros para empezar a acompañar lo que ya naturalmente se está dando, que es el romper con las barreras de la sectorización de géneros y encasillamientos. Estos solo atentan contra la creatividad artística y limitan las creaciones. También anhelo que deje de hablarse de números para validar lo artístico, y que comience a hacerse una curaduría que tenga que ver más con lo artístico en todas las escalas de la industria.

—Cruzaste fronteras, entonces, ¿cómo es recepcionado tu arte en tu país y en el exterior?

—La percepción que tengo y basado también en las personas que interactúan con mi música por lo que veo en redes sociales me tiene muy contento. Siento que se respeta y aprecia que sea una experiencia completa y que apunta también a tener un mensaje y ser útil. Cuando he tocado en vivo en festivales de mi país y el exterior siempre me sentí bien recibido e inclusive cuando me he enfrentado a públicos que quizás no conocían mi proyecto siempre el feedback es muy positivo y se genera una experiencia de ida y vuelta positivo.

—¿Qué otras aristas te faltan recorrer?

—Cuando la pandemia pase, y pueda comenzar a realizarse eventos en vivo, estamos planeando llevar todo lo que estamos construyendo musicalmente y audiovisualmente a una experiencia en vivo.

—¿Cómo adherís a las luchas y conquistas de género?

—Desde mi arte, y cada vez que tengo posibilidad de comunicar algo, mediante notas y entrevistas, intento que mi activismo a favor de la diversidad esté presente en el mensaje y siento mucha responsabilidad porque así sea. Creo que quizás a través de mis experiencias y vivencias puedo llegar a ayudar y aportar mi granito de arena. Queda mucho camino por recorrer en cuanto a conquistas de género, pero encuentro en lo que hago la forma más orgánica en mi mensaje de adherir a la causa.

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