La muerte le sienta bien, una joya de tiempos contemporáneos

En un momento cúlmine de su carrera profesional, la célebre Meryl Streep aceptó un reto al leer el guion de la película La muerte le sienta bien, que sería bajo la responsabilidad del cineasta Robert Zemeckis, quien resaltaba la importancia de las ­tecnologías y la magia en la pantalla grande.

En los años 90, los efectos especiales fueron muy bienvenidos como toda una novedad para poder resaltar los filmes y atraer más a las audiencias por la innovación.

La película relata las vicisitudes de Madelaine y Helen, dos amigas que asisten a la misma universidad. Luego de terminar su carrera en arte, una de ellas se compromete con el galán de la institución terciaria, que es protagonizado por Bruce Willis. De esta manera, luego del anuncio y próximos a pasar por el altar, el muchacho, que es un reconocido médico cirujano, deja a su novia de toda la vida para luego comenzar a salir con la amiga de su prometida, Madelaine, que es actriz y triunfa en Hollywood, como también en el teatro musical.

Ante estos hechos de público conocimiento, Helen entra en una depresión extrema que la lleva a dejar su oficio, a comer sin cesar y volverse toda una ermitaña dentro de su casa donde cría gatos y mira la televisión. Además, colecciona todos los recortes periodísticos donde sale la pareja que la traicionó y suele tener severas crisis ­nerviosas cuando nombran a alguno de ellos.

Luego de pasar por este momento, Helen pondrá manos a la obra para recuperar a su viejo amor perdido y además ir en búsqueda de una venganza. Asimismo, decide resolver sus miserias con el lanzamiento de sus memorias. Para ese entonces luce espléndida, recuperó su figura y se anima a más. Es una sex symbol y esto hará estallar los nervios de Madelaine, que desea lucir igual para volver a competir, pero ya no puede hacerse más cirugías por consejo de su médico de cabecera. Por su parte, el hombre entre ellas ahora se abocó a la labor como médico de funerarias, dejando atrás todos sus talentos como esteticista.

El encuentro se produce en el mentado evento donde todas las miserias y frustraciones salen a la luz. De esta manera las chicas también coinciden en que ambas fueron a una bruja que les dio una pócima para que la juventud regresara a sus cuerpos. Eso sí, deberán cuidar sus anatomías como si fuera oro debido a que no volverán a verse así y además cualquier desperfecto podría acarrear otros problemas. Sucede que están como muertas y dependerán la una de la otra para sobrevivir. Además, el personaje de Bruce Willis no se queda quiero y huye para siempre. Asimismo, fundó una familia numerosa y dejó atrás sus matrimonios fallidos.

En este caso, ambas mujeres luchaban por lograr ser jóvenes en una competencia desleal, superflua y exigida, tenían dinero, poder y fama para poder solventar lo necesario y así mantenerse en curso.

Las mujeres, que en la vida real cursaban los 40 años y estaban maduras, se pusieron en estos roles donde protagonizaban una parodia de las frivolidades de una industria cruel y exigente donde la juventud es el mayor tesoro, aun cuando el costo sea incluso la misma vida.

El presupuesto fue de más de 50 millones de dólares, lo que era una fortuna impensada para la época, y dio cuenta que recaudaría el doble de lo invertido.

Las actrices que protagonizaron este filme eran íntimas amigas y hasta fundaron una productora para poder hacer trabajos.