“Me gusta decir que es un disco de rock y amor”

Un fuego, un pantallazo, un rayo de luz. Más o menos así es como suena La fuerza, tercer disco de Carmen Sánchez Viamonte, en el que se aleja del sonido más folk de sus comienzos y se carga encima un buen puñado de canciones eléctricas, grooveras, filosas. El título fue tomado de la famosa saga de Star wars y la tapa del disco emula a Hécate, una diosa antigua de origen marítimo. Que las crónicas insistan con su “aparición novedosa” no le hace justicia, porque ella ya tiene un camino andado (tanto solista como en banda) y abierto con gran interpretación, gracia y buenas canciones. En diálogo con diario Hoy, se explayó sobre el trabajo, que presenta hoy a las 21 en Guajira Bar.

—El disco lo empezaste a pensar en cuarentena y el sonido que brotó es definitivamente eléctrico, brilloso, estridente. ¿Cómo lo trabajaste?

—En realidad es un sonido que siempre tuve adentro, que siempre tuve ganas de exponer y la cuarentena vino a desnudarlo. Tuve el tiempo y el espacio para desarrollar confianza en eso que hace tanto tiempo tenía ganas de hacer. No hubo demasiado que pensar porque las canciones ya desde el principio surgían con esa impronta.

—La lírica del disco pasa por diferentes estados: desaforada, irónica, amorosa, cursi, antisolemne, crítica...

—Me gusta decir que es un disco de rock y amor. También lo considero una comedia romántica hecha disco, es decir, algo que reúne un montón de características que muchas veces son menospreciadas pero que en realidad puede contener cosas muy movilizantes. Al fin y al cabo, ese es el objetivo común de todos los elementos del disco: interpelar.

—La colaboración con Shaman, Última fuerza, es uno de los pocos momentos de cierto reposo, ¿cómo enlazaron ambas estéticas tan distintas?

—La colaboración se dio muy naturalmente. Cuando llevé la canción al estudio, era casi obvio que Shaman formara parte. Por suerte aceptó. A él siempre le llamaba la atención esta canción y no era casualidad, porque tiene que ver con su estética y su profundidad para expresarse.

—¿Con qué o quiénes dialogan estas ­canciones?

—Con muchos, principalmente muchas. Una referencia permanente fue el disco Sound & color de Alabama Shakes, por su sonido moderno y vintage al mismo tiempo, además de la variedad de las canciones. También con Haim, su último disco tiene varias de estas características antes mencionadas.

—¿Son, en definitiva, canciones urgentes?

—Escribir sin urgencia es una habilidad que aún no desarrollé. Siempre que hago canciones es para comunicar algo, y eso suele ser una necesidad.