“Poder moverse y crear libremente es algo que no tiene precio para mí”
En diálogo con diario Hoy, Sofía Rei presentó su nuevo trabajo, que la trae una vez más a la Argentina
Durante una charla con diario Hoy, Sofía Rei brindó detalles de su vida en Estados Unidos y las características del show que dará en este suelo.
—¿Cómo es la vida en el exterior?
—Vivir en Nueva York es fascinante y durísimo al mismo tiempo. Es una ciudad única, multicultural, multifacética, ultravertiginosa, perfecta para curiosos y creativos. Pero la vida no es fácil, la ciudad no para, las distancias son grandes, todo es carísimo, todo es a la velocidad de la luz... Ser artista independiente es difícil en todos lados. Es reinventarse diariamente. Pero tiene de bueno el ser libre. Poder moverse y crear libremente es algo que no tiene precio para mí. Nueva York te da la oportunidad de ser anónimo, de no ser nunca el mejor, de ser un alumno eterno porque siempre hay más para explorar, para aprender, para sorprenderse. No hay espacio para egos. A la vuelta de cada esquina habrá veinte artistas inigualables y destacados que hacen algo mejor que vos. Una de las cosas más hermosas de mi llegada a New York fue descubrir una mini-Latinoamérica que tal vez no existe de esa manera en ningún otro lado. Conocí, canté, toqué y aprendí con músicos maravillosos de Colombia, Brasil, Cuba, Venezuela, otros lados de Argentina, Chile, Ecuador... Pudimos reconocernos como latinoamericanos al entender todo lo que nos une y también nuestras diferencias en cuanto a acentos, regionalismos, detalles que se reflejan muchísimo en el habla y en los estilos musicales, sobre todo tradicionales. En distintas configuraciones de mis bandas he tenido músicos de todas partes del mundo y cada quien dejó su aporte y se llevó algo también.
—¿De qué manera es recepcionado tu arte?
—Supongo que a mucha gente le debe resultar de cierta manera “rara” la música que hacemos. No es convencional, eso seguro. Sin embargo, en circunstancias muy disímiles ha sido muy bien recibida, desde un festival de música electrónica para miles de personas en Alemania hasta un espacio mínimo e íntimo en un pueblo de Ecuador. Yo canto en español, y muchas veces llevo mi música a países donde no se habla el idioma. Siempre ha sido un test excelente para comprobar que la música no tiene fronteras y que el mensaje, el poder de esa comunicación, de esa emoción, va muchísimo más allá de las palabras.
—¿Qué características tiene la presentación en la Argentina?
—En esta oportunidad vengo a presentar mi último disco, Umbral. Esta visita es muy especial para mí porque va a ser la primera vez que haremos una gira por el país con mi banda neoyorquina. No solo vamos a poder presentar el álbum en Buenos Aires en Niceto, sino llevarlo a Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero y Neuquén. Sé que va a ser una experiencia única para mí y para mis músicos, que tienen muchísima curiosidad por conocer más de la cultura y la música de nuestro país. También vamos a poder colaborar con grupos y artistas de la Argentina a quienes admiro, como La Bomba de Tiempo, Manu Sija, Soema Montenegro, Vivi Pozzebón, etc.
—¿Cuál es el concepto de la obra?
—Umbral representó un nuevo desafío, una nueva exploración en términos de sonido, del encuentro entre la música de raíz y la electrónica, del encuentro de diferentes voces y experiencias mías y su condensación en un disco que me llevó muchos años sacar a la luz y con el que estoy muy contenta, que me identifica y representa hoy.
Cuando empecé a trabajar en Umbral, mi idea era explorar con dos equipos que ya venía usando (un procesador de efectos y un looper) la posibilidad de ser completamente autosuficiente y crear composiciones que pudiera tocar en vivo yo sola. Quería explorar hasta el límite la idea de ser autosuficiente. Subirme a un escenario y grabar las canciones en vivo, recrearlas, improvisar, mezclar y usar efectos por encima de mi creación espontánea, ser cantante, compositora, performer, improvisadora, DJ... Empoderamiento total. Sin embargo, esta versión de Umbral me cansó. Era demasiado estrés y cero interacción con otros músicos, que es lo que más me gusta hacer en este mundo. Ahí el formato fue cambiando y de la mano de JC Maillard como productor, convertimos el álbum en esto que están escuchando ahora.